Prolífico y emprendedor a Marcel Imery le encanta ser abogado, pero añade que también le apasiona enseñar. No parece cómodo en el papel de abogado purista y centrado, únicamente, en lo tradicional del sector legal.

Fundó Imery Urdaneta Calleja Itriago & Flamarique en 1997 en su natal Venezuela, aunque actualmente —desde enero de 2018— reside en Nueva York. Desde allí trabaja en la planificación estratégica del escritorio. Es exprofesor de la Universidad Metropolitana y del Instituto de Estudios Superiores de Administración en Venezuela. Se define como un abogado muy enfocado en temas corporativos, tributación internacional e innovación.

Explica qué le llevó a ir ampliando su hoja de vida para no quedarse solo en el ejercicio del derecho.

“Hace como cinco años decidí diversificar lo que significa el riesgo de ser abogado en Venezuela. Para trabajar en la práctica corporativa necesitas un sector privado saludable. Como todo el mundo sabe, este sector viene sufriendo mucho desde hace algunos años en el país”.

Cada bufete en Venezuela se reinventa a sí mismo diariamente. Este "renovarse o morir" es imprescindible para seguir operativo en medio de la catástrofe. No podemos evitar preguntar sobre la receta que, en su caso, aplican en Imery Urdaneta para atraer a clientes y mantener el equipo.

“Retener talentos en la Venezuela de hoy no es un tema trivial. La diáspora ha tenido un impacto muy importante en todos los bufetes. Las firmas están migrando a esquemas de remuneración innovadores. Han comenzado a pagar salarios en moneda dura. Están dando a sus abogados bonos especiales y participación en la facturación. Aceleran los tiempos para que sus asociados sean socios y están dando a sus abogados jóvenes tarima y protagonismo para liderar nuevos proyectos de impacto, como por ejemplo desarrollar una nueva práctica o implementar nuevas herramientas tecnológicas dentro del escritorio. En Imery Urdaneta estamos reinventándonos. Permanentemente estamos explorando e implementando ideas nuevas. Las que funcionan, las mantenemos. Las que no, las desechamos, pivoteamos y seguimos explorando oportunidades. Esto es posible gracias a la mentalidad emprendedora de los socios”.

Abogado y emprendedor

Imery ya dio rienda suelta a su faceta de emprendedor hace algunos años, cuando fundó Tumotorizado.com en Venezuela y Zhipcode.com en Chile, empresas emergentes similares a Uber de mensajería exprés en moto. “¿Qué me motivó a emprender en el mundo digital hace cinco años? La situación en Venezuela”, responde. 

En 2013 puso en marcha Tumotorizado.com con el apoyo de Wayra Venezuela. “No poder levantar capital de riesgo para una start-up venezolana y experimentar una situación personal muy difícil —el secuestro de uno de mis sobrinos de ocho años por cinco días en 2015— me llevaron a tomar la decisión de emigrar a Chile”.

Eligió ese país porque el Gobierno chileno, a través de su programa "Start-Up Chile", decidió apoyar la puesta en marcha de Zhipcode, empresa hermana de Tumotorizado.com. Tras algunos intentos sin éxito por conseguir más capital, tuvo que cerrar la operación de Zhipcode en Chile, pero Tumotorizado sigue activa en Venezuela.

Estos proyectos nada tenían que ver con el sector legal, pero sí con una de sus aventuras tecnológicas de la actualidad, AltaClaro. Imery es asesor de esta plataforma de eLearning práctico en Nueva York.

AltaClaro es sobre todo una empresa de aprendizaje virtual, donde los abogados pueden desarrollar habilidades prácticas y compartir su experiencia profesional a través de videos.

“AltaClaro habilita contenido útil, cursos virtuales, simulaciones y sesiones grupales o individuales para que abogados de EE.UU. y del mundo, suscritos a la plataforma, adquieran conocimientos prácticos sólidos y se diferencien de su competencia”.

El factor humano sigue siendo muy relevante en la profesión. Imery piensa que al cliente le debe gustar su abogado —además de tenerle confianza—, por lo que herramientas como AltaClaro sirven para construir lazos.

“El abogado y su equipo deben tener buena química con el cliente. Cuando un abogado utiliza la plataforma de Altaclaro.com para compartir su experiencia práctica con colegas de cualquier parte del mundo o potenciales clientes, estos últimos tienen la oportunidad de hacer mejores contrataciones”, añade.

Algunas de las cosas que los clientes pueden hacer en la plataforma son consultar videos de abogados expertos, reservar sesiones virtuales con estos, hacer ejercicios prácticos y profundizar en los temas que sean de su interés.

“La gente se conecta de una manera más profunda cuando tiene cosas comunes con otras personas y cuando valora las historias personales y profesionales de otros”, apunta Marcel.

El encuentro con AltaClaro

Abdi Shayesteh, CEO y fundador de AltaClaro, dice que los abogados necesitan acceso a una enseñanza que sea significativa y basada en la experiencia. Insiste en la importancia de que los abogados puedan compartir cosas para crecer y evolucionar.

Marcel Imery cuenta cómo conoció a Shayesteh:

“Descubrí AltaClaro y conocí a Abdi en una conferencia o meetup como las llaman aquí. El tema del evento era cómo levantar capital para una start-up en Nueva York y Abdi era uno de los invitados del panel. Me encantó la propuesta de valor de la compañía, pues tenía que ver con mi profesión de abogado y con mi pasión por la enseñanza. Me acerqué a él y conversamos. Identificamos puntos donde mi experiencia podía resultar muy útil para el crecimiento de la empresa. Una semana después, me encontraba apoyando al equipo de AltaClaro como asesor externo en varios temas estratégicos”.

Imery ha estado asesorando en la expansión y comercialización del servicio en Latinoamérica; identificación, negociación y cierre de alianzas estratégicas y levantar capital de riesgo para acelerar el crecimiento de la compañía a nivel internacional.

“Estamos trabajando para crear cursos prácticos en formato de video que son impartidos por los mejores abogados de Nueva York y —más adelante— del mundo. Los usuarios suscritos se conectan con expertos, escuchan y ven sus clases, participan en concursos, hacen simulaciones prácticas e, inclusive, tienen la oportunidad de recibir guía y evaluación de estos abogados expertos vía videoconferencia”.

El lugar de América Latina en el mercado legal

¿Son los abogados latinoamericanos competitivos internacionalmente? Según Marcel, "la globalización no la para nadie", por lo que considera los programas de entrenamiento en transformación digital e innovación esenciales. Explica por qué América Latina es, efectivamente, un mercado atractivo para las multinacionales:

“Hay nichos vírgenes y oportunidades que ofrecen altos márgenes de rentabilidad. Las corporaciones necesitan contratar buenos abogados en la región para operar”.

Las oportunidades de desarrollo, sin embargo, han sido un gran desafío para muchos abogados en la región. “La razón es muy sencilla. Muchos abogados latinoamericanos no tienen la oportunidad de adquirir experiencia práctica en sus universidades o en escritorios locales al graduarse. Muchos tampoco pueden hacer un LL.M. o trabajar en EE.UU., ni tienen un mentor con experiencia que se preocupe por su entrenamiento. Además, muchas firmas de América Latina no cuentan con programas de desarrollo profesional o de entrenamiento práctico. En mi opinión, los mejores abogados en América Latina son los que tuvieron la suerte de tener acceso a todo lo anterior”.

Para Marcel Imery es importante que la experiencia práctica de un abogado no esté en manos de la suerte. Hace énfasis en que una carrera exitosa debería depender de la pasión por aprender y de las ganas de ser el mejor, por lo que ve en AltaClaro la tecnología para democratizar el acceso a experiencia práctica legal de calidad. También opina que los directorios internacionales de abogados no siempre son neutrales, pues con frecuencia destacan a abogados y escritorios grandes con presupuestos holgados para hacer mercadeo. AltaClaro fomenta la transparencia, pues es una plataforma que permite tanto a abogados como a boutiques venderse, enseñando y compartiendo su experiencia en forma digital.