Carlos Rojas Klauer es el nuevo socio de Baxel Consultores en el área de competencia y regulación.
Asegura que siempre ha ejercido el derecho con un enfoque multidisciplinario, “con el objetivo de tener una mejor comprensión del mercado, de los distintos agentes económicos que participan en él y sus particulares intereses”. Con esa visión se ha unido a la novel firma.
Hoy comparte todas sus respuestas a nuestro Cuestionario LexLatin.
¿Por qué decidió hacerse abogado?
Mi abuelo, Carlos Klauer, abogado por la Universidad Mayor de San Marcos, fue mi primera fuente de inspiración. Luego, una combinación de interés en las ciencias humanas, la psicología, la economía y la historia desarrollaron mi vocación por el derecho y, con ello, perfilaron mi especialidad por el derecho de la competencia. Cabe precisar que el derecho de la competencia es una rama que te permite aplicar un enfoque multidisciplinario, debido a su dinámica con el mercado y la interacción de los agentes económicos y los consumidores.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
Integrarme y consolidar los objetivos de Baxel para ser reconocida como una consultora líder en el Perú especializada en temas de competencia, solución de controversias y regulación de mercado. Asimismo, uno de mis principales objetivos es fortalecer la práctica de economía del comportamiento, área pionera en términos de servicios legales en el Perú.
¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?
Hay varios abogados a quienes agradezco por lo que aportaron a mi formación profesional y personal. Tengo un especial recuerdo de las experiencias con Ivo Gagliuffi en mis primeros años de ejercicio profesional y que influyeron en mi vocación por el derecho de la competencia y protección al consumidor. Pero no puedo dejar de lado a Jorge Lazo, Fátima De Romaña y Joselyn Olaechea, con quienes he podido desarrollar diversas habilidades para comprender el mercado, las necesidades de los clientes y la forma ética de ejercer la profesión.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?
Al abogado le enseñan que el derecho establece o impone las reglas de cómo debe actuar el ser humano, cuando en realidad el derecho debe entender y adecuarse a la necesidad del ser humano, a efectos de ser efectivo, eficaz y justo. A veces los abogados olvidamos que los ciudadanos son consumidores de la regulación, que los jueces son consumidores de nuestros argumentos, por ello el derecho debe partir del ser humano y no al revés.
Por ello, recomendaría Las trampas del deseo, de Dan Ariely, quien nos hace salir de la caja y reformular nuestros juicios de valor a partir del análisis de sesgos y heurísticas.
Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
Mi esposa es productora musical y el mundo del arte siempre ha sido un campo de admiración e inspiración para mí. Por ello podría haber escogido la carrera de diseñador de escenografía y mi inspiración sería la inglesa Es Devlin, quien crea espectáculos audiovisuales para diversas plataformas como la ópera, danza, cine, teatro, desfiles y conciertos. Es la integración y lo multidisciplinario lo que me apasiona y coincidentemente ello se mantiene en mi propuesta y visión de ejercer el derecho desde una consultora.
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