La exportación de café desde Latinoamérica enfrenta nuevas dificultades

La demanda mundial de café crece entre 1,5 % y 3 % cada año./ Foto Rodrigo Flores - Unsplash, Karl Fredrickson.
La demanda mundial de café crece entre 1,5 % y 3 % cada año./ Foto Rodrigo Flores - Unsplash, Karl Fredrickson.
En América Latina se produce 60 % del café que se comercializa en todo el planeta.
Fecha de publicación: 12/01/2024

Luego de dos años de una fuerte caída en el precio del café, como consecuencia de la recesión causada por la pandemia, el valor del aromático grano ha comenzado a repuntar en los mercados internacionales, a la par de un incremento de la demanda y, por ende, de la producción, lla producción del café comienza a estabilizarse, aunque de manera desigual en las diferentes zonas del planeta donde se cosecha.

“De los 250 dólares (por el saco de 60 kilos) que se tenían, el año pasado el precio comenzó a bajar y llegó a 140 dólares en enero de este año. Eso generó que cayera la rentabilidad, con todas las consecuencias que ello trae, pero ya para la cosecha actual (octubre 2023 – febrero 2024) los precios han mejorado y lo aprovecharán mejor los que cosechen al final del período”, señaló Vicente Pérez, director del rubro Café en la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro).

Aunque con sus bemoles, esta bonanza ha favorecido en particular a los cafeteros del continente americano que, contrariamente a sus pares en África y Asia, han visto subir la producción, incluso, por encima de las tasas promedio de los últimos años, sacando provecho del repunte de la demanda, tanto en Europa (la mayor zona consumidora de café) como en Asia, donde se concentra el grueso de población mundial.


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Aromático mercado

Con una movilidad estimada en unos 200.000 millones dólares anuales, el del café es a todas luces uno de los mercados más dinámicos del comercio mundial, con una demanda que sigue aumentando (entre 1,5 % y 3 % interanual) en la medida en que los habitantes del hemisferio occidental, tradicionales consumidores de té, van descubriendo los sabores del fruto originario de África, pero que encontró en América una importante meca.

Tan es así que la producción conjunta del Caribe, Centro y Sur de América representa el 60 % de la cosecha mundial, mientras que las otras grandes zonas productoras (Asia-Oceanía y África) captan el restante 40 %, de acuerdo con la Organización Internacional del Café (ICO), rectora mundial de una actividad que involucra a más 20 millones de personas a escala global.

Europa, que no produce café, es la zona del mayor consumo en el mundo, al representar más del 53 % de la demanda, seguida de cerca por la región Asia-Pacífico con 45,7 %, mientras que Estados Unidos y Canadá —donde tampoco se produce— captan el 30 % de demanda.

En datos generales: los países no productores consumen casi 68 % de la cosecha mundial, mientras que las naciones productoras consumen menos del 32 %.


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Sabor latino

Desde épocas coloniales, América Latina ha sido la gran despensa de café para el mundo. Aunque hoy su producción apenas abastece 50 % de su mercado interno, Venezuela fue hasta inicios del siglo XX el principal productor y exportador mundial.

Pero los tiempos cambian y el top six de los mayores productores hoy está integrado por tres naciones americanas (Brasil, Colombia y Honduras), dos asiáticas (Vietnam e Indonesia) y una africana (Etiopía).

Según datos de la ICO, en el último año cafetero (octubre 2022 – octubre 2023), la producción de Asia - Oceanía se contrajo 4,7 % (49,8 millones de sacos), mientras que en África se redujo 4,7 % (17,9 millones de sacos), debido a las condiciones climáticas adversas que afectaron negativamente a los productores clave de las regiones, en particular Vietnam, Costa de Marfil y Uganda.

Esta importante caída, no obstante, fue totalmente mitigada por América, con una producción conjunta superior a los 100 millones de sacos, un alza especialmente atribuible al aumento de 4,8 % en América del Sur.

Brasil: el gigante mundial

Con más de 65 millones de sacos para la cosecha 2022 - 2023 (un 8,3 % de alza respecto a la zafra anterior), Brasil es por mucho el mayor productor de café a escala global, responsable de satisfacer más de 38 % de la demanda.

“Por su ubicación geográfica, en Brasil se puede sembrar en llanura con un clima de montaña, lo que mejora el rendimiento por hectárea y rentabilidad”, dice Vicente Pérez.

El ligero incremento de 1,9 % en la superficie sembrada -hasta alcanzar los 2,2 millones de hectáreas- fue otro factor que favoreció el alza productiva brasileña y que permite vislumbrar que la temporada 2023-2024 será todavía mejor, pues se prevé crecimiento de hasta 10 % en la producción y exportaciones.


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No obstante, dos aspectos podrían frenar estas buenas proyecciones. Por un lado, el cambio climático, que ya ha tenido incidencias, podría tener consecuencias mayores para el próximo año cafetero, tomando en cuenta que el fenómeno El Niño podría provocar una reducción de los niveles pluviométricos que derive en una baja de la producción.

El otro gran obstáculo tiene que ver con las exportaciones hacia Europa, principal mercado del café brasileño, tras la promulgación, en mayo pasado, de la Ley contra Deforestación (Reglamento 2023/1115), que pretende garantizar que los productos vendidos dentro de la Unión Europea (UE) no contribuyan a la deforestación y/o degradación forestal.

“Han surgido temores de que el reglamento pueda tener un impacto desproporcionado en los pequeños agricultores y provocar la deforestación en áreas menos protegidas, ya que la legislación solo cubre áreas del país que ya están bajo protección”, asegura Eduardo Ferreira, socio del área ambiental y agronegocios de Machado Meyer Advogados.

Sin embargo, representantes del sector confían en que solo será necesario trabajar en soluciones técnicas para demostrar que su producción es de origen sustentable. Al respecto, Silas Brasileiro, presidente del Consejo Nacional del Café (CNC), asegura que las fincas cafetaleras brasileñas ya cumplen con el criterio legal de deforestación cero, mientras que el CNC trabaja en la creación de una plataforma para brindar soporte técnico y herramientas de trazabilidad a todos los asociados.

Ferreira añade que, en cualquier caso, y aunque la nueva regulación europea carece de mayores detalles sobre la inspección y cómo se impondrán las restricciones para los productores que incumplan con la normativa, se espera que haya un aumento de costos para los cafetaleros que pretendan demostrar que su producción no es extraída de lugares donde ha habido deforestación o degradación forestal.

“Este problema se ve agravado por la extensión territorial de Brasil y la dificultad de acceder a herramientas confiables de monitoreo satelital, así como la falta de una base de datos oficial con esta información”, afirma.


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Colombia: una potencia en aprietos

Con una producción de 10,7 millones de sacos en la temporada 2022-2023, Colombia se mantiene como el tercer productor mundial de café, por detrás de Vietnam. Aunque el país sigue siendo responsable de cerca de 10 % de la producción mundial, esta registró una disminución de 9,1 % respecto a la zafra 2021 – 2022, marcando el nivel más bajo desde 2012.

El retroceso es más grave aún, toda vez que es el tercer año consecutivo de disminución, contracción que puede ser explicada por la situación climática desfavorable presentada a finales del 2022 y comienzos del 2023, causada por el fenómeno de La Niña, según informa la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (Fedecafé), gremio considerado de los más sólidos en el país y el mundo en lo que a café se refiere.

Como es de suponer, esto ha repercutido en las exportaciones, que para octubre (último mes consolidado por Fedecafé), alcanzaron los 909.000 sacos, un 3,7 % menos que el mismo mes del año anterior y el número más bajo para el mes en cuestión desde 2013.

Al igual que en Brasil, el asunto climático preocupa a los cafetaleros colombianos, quienes han previsto que la superficie apta para el cultivo pueda verse “extensamente afectada” por la disminución (o en su defecto aumento) de las lluvias.

Como buque insignia de las exportaciones neogranadinas y siendo el café uno de los bienes de aplicación de la nueva normativa europea sobre deforestación, Camila Del Villar, socia de DLA Piper Martínez Beltrán, reitera que los exportadores de su país están obligados a reforzar la medición de la huella de carbono, algo que asegura ya se viene cumpliendo.

“El café es uno de los sectores que ha mejorado sus prácticas, punteando el tema de trazabilidad y sostenibilidad, pero igual no deja de requerir la utilización de amplias áreas para su cultivo”, dice, y agrega que se debe tener claro cuál es el impacto ambiental del cultivo para evitar cualquier sanción.


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Centroamérica: llueven las amenazas 

Si bien las cambiantes condiciones climáticas han afectado las economías del Caribe, Centroamérica y México (la situación del Canal de Panamá es la mejor muestra), la región ha podido superar los obstáculos y elevar su producción en 1,7 % en el año cafetalero 2022-2023 para ubicarse en 19,2 millones de sacos; cifra que permite a la zona mantener su posición como responsable de cerca de 12 % de la cosecha mundial.

Este incremento se debe en parte a los buenos resultados de Honduras, el mayor productor de la zona, que despuntó 14,7 % en la pasada cosecha, a pesar del alza de los precios de los fertilizantes, la escasez de mano de obra (50.000 de los obreros son extranjeros) y la reaparición de la roya, enfermedad que ha resurgido por las disparidades climáticas.

“El café está pasando por un período difícil debido a una serie de factores financieros y climáticos, entre ellos los bajos precios en el mercado internacional, el periodo irregular de lluvia y el calentamiento global. La pandemia también influyó negativamente, por cuanto durante ese tiempo se le dio muy poco mantenimiento a las plantaciones”, asegura Francisco Armando Arias, presidente de Arias, firma legal con presencia en toda América Central.


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Dado que parte de la producción regional se sustenta en micro y pequeños agricultores, los gobiernos regionales han estado prestando apoyo a las contingencias en estos sectores, pero los medianos y grandes han tenido que echar mano de sus propios recursos para hacer frente a la situación, lo que, lógicamente, reduce la rentabilidad del negocio.

Con respecto a la regulación europea contra la deforestación, el abogado señala que el sector en pleno está tomando las medidas necesarias para no ver afectadas las exportaciones de este importante rubro que, en más de 50 %, tiene como destino el viejo continente.

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