Lo hemos visto desde hace años: hay muchas marcas que iniciaron una serie de campañas de concienciación o publicitarias en las que resaltan su compromiso con la gente o el medioambiente y su buen quehacer corporativo. La honestidad y la apertura a conductas más sustentables se convirtieron en el faro a seguir, desde ese momento —y aún hoy—, el público entiende que las empresas más comprometidas con buenas prácticas ESG (ambiental, social y gobernanza, en sus siglas en inglés) tienen un mayor valor y calidad que las que no son transparentes con sus políticas en estos temas.
La reputación que una compañía tiene gracias al refuerzo de sus criterios ESG no solo le da mayor valor de marca, sino también la hace más atractiva para los futuros inversionistas, quienes priorizan sus negocios con estas marcas antes que con aquellas cuyas políticas ESG no son tan claras.
Podría interesarte: Criterios ESG como alternativa ante financiamientos cada vez más costosos
Marco Antonio Palacios, vocal primero de la Asociación Interamericana de la Propiedad Intelectual (Asipi) y socio de Palacios & Asociados, explica que hoy en día los analistas de inversiones esperan y requieren de las empresas una gestión y estrategia de negocios diseñada y sustentada en criterios ESG, criterios que no son estrictamente financieros, pero que han cobrado un peso material en la evaluación de las empresas.
“Un mayor grado de conciencia o awareness en la sociedad, en general, en cuanto a la relevancia de los factores ESG y la consecuente expectativa de verlos materializados en la forma de hacer negocio, los ha convertido en elementos competitivos, elementos que influyen directamente en la reputación de una compañía, en mejor calificación para acceder al crédito y de ser opción de preferencia para inversiones de capital”, refiere.
Estas políticas llevan aparejadas un nuevo concepto para evaluar las transacciones entre empresas o sus adquisiciones, porque antes únicamente se evaluaba la rentabilidad de estas para cerrar negocios, mientras que ahora se evalúa cuánto aporta una compañía en estos tres factores, lo que termina incidiendo directamente en sus capacidades creativas o sus inversiones en el desarrollo de tecnologías que fomenten la innovación sostenible, a través de las patentes.
De esta manera, los criterios ESG se han convertido en una ventaja competitiva, así lo explica Daniela Supo Calderón, analista del Institutional Shareholder Services (ISS) y asociada de Rodrigo, Elías & Medrano Abogados, en Washington. Es ahí donde reside la íntima relación de la ESG con la propiedad intelectual: para que una empresa tenga mayor valor debe invertir en innovación, bien sea propia o de terceros, e impulsar la búsqueda de nuevas soluciones, materiales y tecnologías verdes, puesto que las declaraciones de sostenibilidad y buena voluntad (sin pruebas tangibles) ya no son suficientes para aumentar la credibilidad de una empresa, sino que debe tener la capacidad de evidenciar su compromiso con el bienestar social, una buena gestión y el medioambiente.
Más sobre PI: El valor de las marcas; ¿Cómo gestionar los intangibles de una empresa?
ESG: Su influencia directa en la propiedad intelectual
Puede que no sea tan clara la relación entre la propiedad intelectual y los criterios ESG, pero, por ejemplo, la buena gobernanza incluye, entre otras acciones, la protección de los datos personales y la buena gestión de licencias y patentes, tanto propias como de terceros, lo que es factible únicamente mediante el cumplimiento de las normas vigentes de protección.
Es decir, la propiedad intelectual está presente, considerando estos criterios, desde aspectos tan básicos como no incurrir en la piratería, hasta contar con las licencias necesarias de operación, para reproducir o usar todo material protegido por derechos de autor e incluso usar responsablemente los datos que sus usuarios, clientes o trabajadores les ceden.
“Una empresa debe fijar sus prioridades en materia ESG de acuerdo con su contexto, su estrategia de negocio y la expectativa de sus principales stakeholders, por lo que el impacto o el impulso de las políticas ESG en una compañía dependerá de cada caso en particular”, dice Supo.
Según estudios realizados por la OCDE y el Foro Económico Mundial, las empresas que ostentan una estrategia ESG integrada en todos los aspectos de la organización tienden a ser más exitosas.
A decir de Camila Garcindo Dayrell Garrote, coordinadora del área de PI de Demarest Advogados:
“Las instituciones financieras utilizan con frecuencia los índices ESG para medir el desempeño de las empresas y, en consecuencia, la evaluación de mercado de dichas empresas a la luz de la reputación de sus marcas y activos, los activos de PI centrados en los objetivos ESG agregan valor a la marca, lo que al final significa más revisiones positivas de los inversores”.
Una gestión exitosa, por cierto, debería incluir a los millennial y Gen Z, ya que, según una encuesta hecha por la Stanford Graduate School of Business, el Rock Center for Corporate Governance y la Hoover Institution, los accionistas más jóvenes desean invertir en objetivos ESG, incluso si el costo es mayor.
“Esto podría significar que las empresas que promocionan marcas y productos en línea con las opiniones y valores de la próxima generación tienen más probabilidades de ser sus puntos focales al invertir”, apunta la especialista de Demarest.
La PI puede optimizar la aplicación y difusión de las políticas ESG porque permite que las empresas naveguen en el ámbito de la sostenibilidad y la ética, promoviendo la innovación y creando un nuevo tipo de conexión con su cliente, “no hay mejor manera de aplicar una política que poder crear y publicitar una marca o tecnología que realmente utilice materiales sostenibles o que represente una patente verde”, dice Garrote.
“Un registro de PI fortalece a la empresa en el sentido de que la impulsa a hacer valer sus derechos ante terceros, para agregar valor a sus activos, algo crucial cuando se trata de una M&A o IPO e inversiones”.
Todo reside en la buena gestión de los factores PI y ESG. En el caso del primero, hay que tener una conducta respetuosa con los usos autorizados, el uso honesto de claims o afirmaciones asociado a las marcas de la compañía, la investigación y desarrollo (en donde las patentes de invención tienen un peso relevante), hasta aspectos como la definición de reglas adecuadas respecto de la innovación por empleados y reglas para la transferencia de derechos, estos son aspectos que suman en el camino hacia los objetivos ESG y a la sostenibilidad de la compañía.
Elementos complementarios
Hay mucho que se puede hacer a través de la PI para impulsar los objetivos ESG de una empresa, menciona Dayrell Garrote, como incluirse en solicitudes de marca registrada, cuando se reclama un producto o servicio relacionado con “tecnología verde” y bienes que se describen como “sostenibles”; las marcas registradas pueden hacer las veces de una guía hacia la madurez de los ESG, al demostrar que un producto es ecológico y que puede aumentar su valor de marca; las empresas centradas en patentes pueden promocionar sus patentes ecológicas. A su vez, la concesión de licencias de activos PI que tienen aspectos ESG podrían ser grandes diferenciadores entre las empresas.
“La innovación sostenible está intrínsecamente relacionada con el aumento de la eficiencia, la minimización de la contaminación y la reducción de residuos”.
Los derechos PI pueden incentivar a las empresas a invertir en esfuerzos de investigación y desarrollo (I+D) centrados en el desarrollo de productos y tecnologías sostenibles, pueden impulsar colaboraciones con otras organizaciones, incluidos los competidores, a través de acuerdos de licencia para desarrollar productos y servicios verdes, entre otros.
}
Add new comment