Argentina complica, cada vez más, su relación con el Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo con el que tiene una deuda de más de 44.000 millones de dólares. El país apenas accede a recursos limitados para hacer frente a los pagos de sus obligaciones.
El Gobierno de Alberto Fernández ha dejado ver que un acuerdo de reestructura con el FMI podría llegar a principios de 2022, mientras que instituciones como Bank of America vaticinan un nuevo plan de pagos antes del final de este año.
El país suramericano tiene que lidiar también con las elecciones de noviembre próximo, que, de acuerdo con el Bank of America, podrían traer inestabilidad política y económica, una combinación que no ayudaría a cerrar la negociación con el organismo internacional.
“Los mercados están preocupados porque esto puede retrasar las negociaciones con el FMI o desembocar en un programa diluido que no resuelve los problemas fundamentales", indicó el banco en un reporte publicado este miércoles (20).
De acuerdo con información del FMI, los pagos programados que Argentina tiene para los siguientes dos años son por más de 27.000 millones de dólares. En 2022 la suma asciende a 12.544 millones de dólares, más otros 877 millones de intereses y, en 2023, vencimientos por 13.598 millones de dólares.
Roberto Silva, socio de Marval O’Farrell Mairal en el área de bancos y mercado de capitales, apunta que Argentina tuvo este año un respiro porque el propio FMI repartió, entre sus países miembros, Derechos Especiales de Giro (DEG), estos son un mecanismo de reservas internacionales que otorga la institución para dotar de liquidez a los países.
Con ello, Argentina recibió 4.334 millones de dólares del FMI en agosto pasado y pudo cubrir uno de los vencimientos de pago que tenía con el organismo internacional. Ese mismo capital será utilizado para cubrir un pago a finales de este año.
Negociaciones, no default
“Argentina está devolviendo los DEG para cancelar la deuda, pero el año que viene tiene una cantidad de vencimientos impagables sin una refinanciación total, por ende tiene que llegar a un acuerdo con el Fondo”, precisa Silva en entrevista para LexLatin.
El acuerdo es necesario para no caer en default, es decir, en un escenario en el que Argentina declare su imposibilidad para pagar y enfrentar nuevas controversias con el FMI.
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Silva indica que “romper” completamente con el Fondo, sea cayendo en default o terminar con la relación, iniciada en 1956, colocaría al país suramericano como un “paria” en los mercados financieros, con los que tiene una difícil relación por las múltiples crisis que ha vivido.
“Seguro tiene que llegar a un plan o patear directamente el tablero y romper con el Fondo porque no puede pagar todo lo que tiene que pagar, eso seguro va a pasar. Ahora, es difícil decir qué tipo de plan económico va a tener el gobierno, porque es una suerte de plan felicidad”, detalla el socio de Marval O’Farrell Mairal.
Este año, las provincias de Argentina cerraron largas negociaciones con acreedores para reestructurar su deuda. El porcentaje de aceptación más alto registrado para estas reestructuraciones lo obtuvo la provincia de La Rioja.
Emisiones de provincias argentinas (2021)
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La deuda a su nivel más alto
La deuda pública neta del gobierno argentino se encuentra en su nivel más alto en los últimos quince años. Según datos del FMI, como porcentaje de su Producto Interno Bruto (PIB), el endeudamiento del país se ubica en 102.8 %, un nivel solo superado por la crisis del 2000.
En los últimos dos años, que son los que Alberto Fernández lleva al frente del gobierno argentino, la deuda aumentó 12.1 %.
Si bien Argentina ha logrado reestructurar su deuda con privados por 65.000 millones de dólares, aplazando los pagos de los préstamos y obteniendo reducciones en las tasas de interés, el acuerdo con el FMI continúa siendo uno de los pendientes del gobierno rumbo al periodo electoral de este noviembre.
Silva puntualiza que eliminar el fantasma del default es uno de los principales objetivos del gobierno de Fernández. Además, la reestructuración total de los vencimientos con el Fondo Monetario Internacional aligeraría las finanzas del país suramericano, al menos en los primeros años del nuevo contrato.
Aunque el acuerdo con el FMI es imperativo, el socio de Marval apunta que no será suficiente para enfrentar otras complicaciones económicas:
“Eso (la reestructura) no alcanza para hacer todo lo demás, que es cerrar el déficit, porque Argentina no tiene financiamiento, el déficit lo financia con emisión y atrayendo la inversión para seguir creciendo la capacidad productiva”, puntualiza.
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El plan económico del país
Un reporte de BBVA señala que el potencial acuerdo no solo permitirá desahogar la complicada situación de pagos en que se encuentra el país, sino que servirá para guiar la economía en los años subsecuentes.
“Se consolida el escenario de que el país alcanzaría un acuerdo en el primer trimestre del 2022. El programa económico posterior deberá abordar las principales inconsistencias de la economía”, señala la institución bancaria.
El acuerdo es necesario también debido a la precaria condición del presupuesto argentino. Los precios de los productos y servicios -como la energía eléctrica- habían sido controlados por el gobierno. No permitió que estos subieran más allá de la inflación.
Sin embargo, con una inflación alta, los productos están encareciendo y los subsidios que da el gobierno son insuficientes para poder paliar ese efecto que impacta a los ciudadanos.
Al respecto, Germán Fermo, director de la Maestría de Finanzas en la Universidad de San Andrés, menciona que “abusar de la inestabilidad de precios por periodos prolongados expone, potencialmente, al sistema a un caos motivado por el evento: adiós, nos cansamos de este papel (moneda)”.
Silva agrega que no hay un plan económico claro del gobierno de Argentina. Al contrario, este ha optado por no modificar y continuar con los controles en inflación, tipo de cambio y precios de productos a través de subsidios.
“La política da más para el optimismo que la economía. Simplemente no se ve cómo el gobierno actual va a generar confianza, no sé cómo van a salir del atolladero con estas medidas económicas, si hicieran cambio de rumbo, mejoraría, porque tendría confianza, que no la tienen en los mercados”, remarca Silva.
A cambio de llegar a un acuerdo, el Fondo le pediría a la Argentina, como en los casos de reestructura financiera, una emisión controlada de moneda, una reducción del déficit y un plan económico sólido que permita estabilidad para cumplir con las condiciones del nuevo acuerdo.
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