La acelerada transformación digital, en respuesta a la incertidumbre durante el último bimestre del 2020, ha sido reemplazada por un registro ordenado de los acontecimientos. El desarrollo de marcos regulatorios (por ejemplo: Ley de Servicios Digitales - DSA, Ley de Mercados Digitales - DMA, Reglamento de Criptoactivos para la Unión Europea) y los debates en torno a la virtualidad (Metaverso o los tribunales como lugar o servicios) son una red flag notoria respecto de las demandas actuales.
El sector legal ha empezado a encarar, desde la productividad y la eficiencia, sus funciones y la prestación de sus servicios en una nueva realidad.
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El cambio es imperativo
Para Juan Carlos Luna, Chief Legal Officer del Grupo Lawit, todo actor del sector legal debe estar atento y dispuesto a discutir sobre la necesaria transformación digital de su firma u oficina (in-house) y a gestionarla llegado el momento.
Los aciertos, según apunta Luna en entrevista con LexLatin, irán “ligados a su liderazgo en las decisiones de ajustarse con agilidad para poder responder a las exigencias de esta transformación”.
La propuesta del fundador de Lawit, quien además es abogado con experiencia en innovación en el sector legal, es asumir una visión de largo plazo como faro en este proceso y aceptar que la demanda del servicio incluye expectativas de una clientela que aprecia la eficiencia y la comprensión del mundo digital, como aspectos básicos de satisfacción. En otras palabras: o cambias como firma o te cambian los clientes.
A dos años de iniciada la pandemia, ¿qué lecciones le ha dejado al sector legal latinoamericano?
Juan Carlos Luna: Lo primero, sin duda, ha sido la exigencia de su transformación. Hemos visto cómo se aceleraron los procesos de digitalización y de adopción de tecnología. La parte positiva es que, como abogados, queda más que evidente que la agilidad y disposición al cambio es parte de cualquier estrategia seria y, como tal, ha hecho que los abogados estén más abiertos a aprender sobre nuevos conceptos como innovación, diseño legal y las nuevas herramientas legaltech.
El cambio tecnológico está en marcha. Para afrontar este proceso de transformación digital, primero es necesario realizar un cambio cultural que afecte a las personas y a su formación para comprender, de manera estratégica, los cambios del entorno. Los abogados están viendo cómo una parte de los servicios prestados pueden estandarizarse. El momento actual requiere conocimientos y competencias adecuados.
¿Qué países latinos mantienen su sector legal a la vanguardia en materia tecnológica?
Hay una realidad con la que debemos de arrancar este análisis: todos estamos en la misma tormenta, pero no estamos en el mismo barco.
Esto significa que el reto de transformación digital es global, pero que no en todos lados se ha reaccionado de la misma manera ni se tienen las mismas condiciones de adaptación. Hay distintos niveles de maduración, distintos tamaños de economías y distinta influencia que los propios clientes ejercen ante sus abogados.
Hemos visto que hay países que ya venían con una tendencia más desarrollada hacia los temas legaltech y que han sido, quizá, los que más ágilmente han reaccionado. Debemos mencionar que México, Brasil, Colombia, Argentina y Chile han mostrado que tienen jugadores importantes vinculados con los cambios tecnológicos en el sector legal y de allí han ido armando soluciones y formas de implementación que han sido notables.
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Big data, machine learning y blockchain. Desde hace cinco años (e incluso mucho antes) venimos pregonando el uso de esas tecnologías disruptivas, ¿cuánto han avanzado los despachos latinoamericanos en su adopción?
La transformación digital no es opcional. O cambias o te cambian. La disrupción tecnológica ha revolucionado nuestra manera de comportarnos, de relacionarnos y de trabajar. El Legaltech y el Lawtech abren nuevas puertas y permiten a los profesionales diferenciarse del resto. Esta diferenciación es clave para facilitar la empleabilidad y su relevancia en un mercado cada día más exigente, dinámico y tecnificado.
Por ejemplo, el tema del poder de los datos es innegable y urgente. La influencia que esto ha tenido en todos los temas comerciales, como eCommerce, y muchas más áreas e industrias ha sido gigantesca y hace que el tema de data sea clave para el sector legal.
Lo mismo pasa con el Blockchain, con todo lo que esto implica, ya que son innumerables los tipos de actividades que de ahí derivan. Esta tecnología está revolucionando al mundo y transformando el mundo legal.
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¿Qué oportunidades y desafíos le depara la pospandemia en materia de disrupción digital?
La pandemia acelerará la transformación de la industria legal, impulsando la ley a la era digital. Todo el ecosistema legal se verá afectado: consumidores, proveedores, la academia y el sistema judicial. De hecho, ya muchos de estos efectos se han sentido y son muy visibles, pero los retos continuarán.
Con el día después de la pandemia, no regresarán las cosas relacionadas con la operación legal a su estado anterior. Habrá mucha más conciencia y conocimientos de temas como legaltech, automatización, disrupción digital, legal design, analítica de datos, transformación digital, legal management y un sinfín de áreas relacionadas con temas tecnológicos, como privacidad, IA, blockchain, machine learning, ciberseguridad, etc.
El reto para la industria legal es enorme, por lo que lleva a seguir los pasos de los avances tecnológicos. Vivimos en un mismo año la gran discusión sobre el grave problema de acceso a la justicia por el cierre de los tribunales y al mismo tiempo la polémica en otros foros sobre el tema de la justicia y resolución de controversias en el mundo virtual del Metaverso. Eso muestra el tsunami de transformación con el que nos hemos topado y ante el cual debemos reaccionar y cambiar la manera de pensar. Estamos ante los retos de replantearnos si los tribunales son un lugar o un servicio y evaluar si la inteligencia artificial tiene personalidad jurídica, solo por mencionar un ejemplo.
Las oportunidades son también ilimitadas. Para cada problema legal existe ya (o habrá) una solución o herramienta tecnológica que lo haga más ágil y fácil de analizar, resolver, medir y administrar. Es la edad de oro para los abogados que quieran ser emprendedores.
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