Trump y otras 6 (mejores) razones para apoyarse en la Alianza del Pacífico

A pocos días de haber comenzado su presidencia, Donald Trump ha rechazado dos de los tratados comerciales más influyentes que ha impulsado su país —en los que, además, participa México. El rechazo ha generado gran desconcierto en el mundo del comercio internacional y ha disparado reflexiones sobre las posibles direcciones que México debería emprender.

Por un lado, el NAFTA, desde Norteamérica, fue el modelo para todos los demás tratados comerciales que Estados Unidos impulsaría en el mundo, incluyendo los de la Organización Mundial del Comercio. Por otro lado, el TPP, dirigido a Asia Pacífico, representaba también la versión más acabada de un nuevo modelo que influía ya en las negociaciones de otros tratados importantes como el TTIP, entre Estados Unidos y la Unión Europea.

La observación aquí es que esto también fortalecía a otro proyecto comercial, la Alianza del Pacifico, de la que México es parte, junto a Colombia, Chile y Perú (y que cuenta con 49 países observadores de distintas regiones). Este mecanismo de integración emergente en Latinoamérica, con miras hacia Asia Pacífico, ofrece una visión oportuna sobre nuestros posibles aliados y destinos comerciales, sobre todo en ciertas industrias, como la de medicamentos, cosméticos, dispositivos médicos y suplementos alimenticios.

En ese sentido, coincido con el Ing. Rafael Gual, Director General de CANIFARMA (Cámara Nacional de Industria Farmacéutica de México), cuando señala que ante el efecto Trump debemos ocuparnos en aprovechar nuestras muchas fortalezas:

[E]n el caso de la Industria farmacéutica establecida en México, los mercados de exportación preponderantes son Centroamérica, Sudamérica y Europa; las exportaciones a los Estados Unidos solo representan un 5 % del volumen desplazado en mercados externos.

La Alianza del Pacífico representa éxitos normativos que no se pueden ignorar, por las oportunidades económicas que ofrecen y por las lecciones que su construcción dejó.

En este sentido, citaría seis razones importantes para voltear a ver a la Alianza del Pacífico como una estratégica fuente de negocios:

1. Aparte de las disciplinas típicas de un tratado comercial, como los capítulos de medidas sanitarias y fitosanitarias (SPS, por sus siglas en inglés), y de obstáculos técnicos al comercio (TBT, por sus siglas en inglés), la Alianza del Pacífico se adentra decididamente en el área legal de salud humana, lo cual previamente había sido evitado a toda costa en tratados comerciales. Algo similar al tímido adentramiento en temas ambientales. Ello abrirá caminos sumamente interesantes.


2. Dicha incursión fue posible gracias a varios procesos que actuaron en sinergia. Hubo una participación activa del sector empresarial de los cuatro países miembros y un claro impulso por parte de las cuatro agencias regulatorias principales en materia de salud. Con ello, se creó un Consejo Empresarial de la Alianza del Pacífico (CEAP) y se adoptó un Acuerdo Interinstitucional de Cooperación entre las Autoridades Sanitarias. Esto  facilita los entendimientos normativos y el respaldo empresarial necesarios para lograr consenso en materia de regulación sanitaria.


3. Al mismo tiempo, los cuatro países aceptaron como referente normativo a una organización internacional, pero de carácter regional: la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La OPS ya venía generando importantes esfuerzos de diálogo, armonización y certificación regulatorios, lo cual hizo más viables los entendimientos, así como más lejanas las ansiedades históricas sobre soberanía. Ello permitirá seguir en el camino correcto.


4. Además, la integración de los temas sanitarios se hizo en el capítulo TBT, lo cual brinda mayores espacios de flexibilidad que el capítulo SPS. En un futuro esto tendría también un impacto dentro de los sistemas de resolución de conflictos, ya que el tema de salud se estudiaría bajo el capítulo TBT, y no bajo el SPS.


5. De forma similar, se siguió un modelo de derecho internacional de desarrollo de régimen normativo, por el cual, a través de los mecanismos institucionales de un tratado internacional, se discuten los proyectos normativos que luego se transforman en reglas obligatorias. Ello encauza adecuadamente este proceso  normativo internacional en materia sanitaria.


6. Finalmente, se adoptó un enfoque sectorial para industrias y productos específicos. Esto permite identificar acciones puntuales, que no solo no pondrían en riesgo la salud, sino que, al facilitar el comercio, facilitarían el acceso a productos requeridos para la atención sanitaria.

La Alianza del Pacífico abrió un espacio de convergencia regulatoria sin precedente, ofreciendo importantes oportunidades de negocio, particularmente para las industrias reguladas en el sector salud:

• Medicamentos.- Fue una de las primeras industrias donde los reguladores identificaron la oportunidad de respaldar aspectos  de reconocimiento regulatorio, así como la firma de un convenio interinstitucional. Ello derivó en un esquema de colaboración entre Colombia y México para el reconocimiento mutuo de las inspecciones realizadas a plantas de manufactura ubicadas en sus territorios. Ello también derivó en el reconocimiento por parte de Chile de los registros sanitarios de medicamentos emitidos en México, para incrementar su acceso a medicamentos genéricos.

• Cosméticos.- Fue una de las industrias más comprometidas desde el inicio, que logró obtener el respaldo de sus reguladores, resultando en la adopción de un Anexo especial al Capítulo TBT, que eliminó la obligación de obtener un Certificado de Libre Venta en el país de exportación y presentarlo en el país de importación. A raíz, en parte, de sus compromisos asumidos en la Alianza del Pacífico, Perú acaba de reformar su marco jurídico para cosméticos, eliminando el requisito de obtener un registro sanitario, sujetándolos únicamente a una notificación.

• Dispositivos médicos.-Se han logrado poner en la mesa de discusión ciertas necesidades regulatorias, como una definición común de dispositivo médico, los requisitos de etiquetado, o una simplificación regulatoria común para productos de bajo riesgo.

• Sectores relacionados.- Otras industrias que se han sumado a los esfuerzos de convergencia regulatoria son la de suplementos alimenticios y la de productos de aseo. Actualmente siguen el modelo de negociación con miras a producir reglas específicas. Claramente, cada sector industrial ha apostado por distintos grados de participación, logrando distintos grados de convergencia regulatoria.

Los tiempos actuales, si bien de incertidumbre, son también tiempos de gran oportunidad para México y América Latina. Nosotros apostamos por la Alianza del Pacífico y por un futuro prometedor para nuestros clientes en la región. Hemos creado una iniciativa especial, a través de la cual ya hemos asesorado a diversos sectores industriales relacionados, incluyendo al de cosméticos, en la generación de negocios dentro de este bloque comercial, que confiamos tendrá un rol protagónico en el comercio internacional para Latinoamérica.