Esto no es spam: WhatsApp comparte tu información con Facebook

¿Acepta los términos y condiciones?

¡ACEPTO!

Que fácil es, ¿verdad? Pues no.

En el año 2014, Facebook compró WhatsApp por USD 19 mil millones, no solo como inversión, sino dentro de una interesante estrategia de generación y manejo de información. En este sentido, durante la segunda mitad del año 2016, a los usuarios de WhatsApp nos llegó una notificación sobre cambios en las políticas de privacidad, la cual principalmente autoriza el cruce de información entre esta plataforma y Facebook, con el fin de mejorar la experiencia con los productos y la publicidad. Esto explica el porqué una persona con quien tuvo contacto reciente, como una conquista en la discoteca o un nuevo cliente a quien agregó a su lista de contactos en el celular, le aparece como recomendación de amistad al día siguiente en Facebook.

WhatsApp —al igual que toda plataforma seria— tiene varias normas dentro de sus términos y condiciones, entre las que se incluyen: actualización de clave, términos del servicio, política de propiedad intelectual, cookies y políticas de privacidad, siendo estas últimas las que facultan el intercambio de información.

Las leyes en materia de Comercio Electrónico y Mensajes de Datos generalmente consagran la protección de la información contenida en bases de datos, indicando que para su elaboración, transferencia o utilización, se requiere el consentimiento expreso de su titular, quien podrá determinar que información desea que se comparta con terceros. Por esta razón, WhatsApp solicita la autorización del usuario, que de acuerdo con las leyes de la materia, puede ser igualmente revocada.

En el caso que nos ocupa y acorde al derecho que tiene todo usuario sobre su información, es posible impedir que WhatsApp pueda cruzar información con Facebook, para lo cual se debe ingresar en: Configuraciones / Cuenta / Compartir la info de mi cuenta y desactivar esta opción. Al hacer esto, aparece una advertencia de que no podremos cambiar esta configuración —punto a tener en cuenta.




Todo negocio que realice transacciones en línea debe conocer las regulaciones legales vigentes en torno a comercio electrónico y manejo de datos, pues esta información normalmente se encuentra clasificada como confidencial o reservada.

Este ejemplo debe servir de lección tanto para usuarios como para prestadores de servicio. Para los usuarios, es muy sencillo: simplemente dedíquese a leer las notificaciones que respecto de las apps tiene en su equipo móvil y demás aparatos. Por el lado de los prestadores de servicio, el alerta va más allá de una simple llamada de atención para proteger su privacidad. Se trata de poner las cosas en perspectiva: si ‘monstruos’ de la industria se toman tantas molestias con estas autorizaciones, es posible que valga la pena dedicar un mínimo de tiempo y recursos en contactar a un abogado para que revise los términos y condiciones del servicio que pretende prestar con una startup. Al final, son dos lados de una misma moneda, pero con efectos muy distintos. Mientras uno pone en riesgo su privacidad por descuido, el otro pone en riesgo la viabilidad de un negocio y posiblemente miles de dólares en reclamos judiciales.