Antonio De Lisi ha sido valorado por su dedicación por más de una década a Curtis, Mallet-Prevost, Colt & Mosle LLP y fue promovido a socio de las áreas corporativa y de finanzas.
“Antonio tiene una combinación de ética de trabajo impecable, un intelecto sobresaliente y el conocimiento de la ley y las industrias en las que se centra su práctica”, aseguró el socio director de la oficina azteca.
Amablemente respondió el Cuestionario LexLatin para nuestros lectores.
¿Por qué decidió ser abogado?
Me interesaba enfocar mis estudios y mi carrera profesional en áreas donde pudiera tener un impacto en el desarrollo social y económico de mi país. Francamente no me imaginé como abogado en la práctica privada al principio de mis estudios y pensé que trabajaría en el sector público. Gracias a una afortunada combinación de eventos, empecé a trabajar en Curtis, donde tuve la oportunidad de trabajar tanto para clientes del sector privado como para el público en asuntos donde creo que he podido hacer una contribución en línea con mi enfoque original.
¿Podría hablarnos de un objetivo a corto plazo?
Estoy muy entusiasmado con continuar desarrollando las prácticas corporativa y financiera de Curtis en México y Latinoamérica. Creo que México enfrenta una serie de desafíos interesantes que requerirán trabajo duro y creatividad. Espero hacer mi parte.
¿Podría mencionar un mentor que le ha ayudado a lograr sus metas profesionales o un abogado que admire?
David Bayrock y Guillermo Ulke, socios de Curtis en Nueva York, son abogados increíblemente talentosos y muy trabajadores, quienes me mentorearon durante mis años formativos en Nueva York. No puedo exagerar lo agradecido que estoy por su ejemplo, mentoría y paciencia. Nuestro chairman, George Kahale III, también ha sido una figura clave en mi desarrollo como abogado gracias a su ejemplo y orientación.
¿Una película o un libro que le gustaría recomendar a los estudiantes de Derecho?
Il Colombre (o Le K), de Dino Buzzati. La historia de Stefano, el personaje principal, contiene mucha sabiduría para futuros abogados.
Si no fuese abogado, ¿qué profesión habría elegido?
Habría sido arquitecto. Irónicamente, creo que los famosos principios de Vitrubio de utilitas, firmitas y venustas también se traducen en nuestro trabajo como abogados.
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