A la presidencia de Colombia llegará la izquierda, bajo el mando de Gustavo Petro. Petro es exintegrante de la guerrilla en ese país y también fungió como alcalde de Bogotá. Tras ganar la segunda vuelta, con poco más del 51 % de los votos, el presidente electo tendrá que establecer un plan de acción para llevar a cabo las acciones prometidas que lo colocaron en la silla presidencial.
El programa de gobierno de Petro 2022-2024 contempla cambios que, para ser instrumentados, deberán pasar por reformas que ameritan consensos en el Congreso.
De acuerdo con Javier Salinas, economista en jefe en LarrainVial, el objetivo del Ejecutivo, una vez asumida la titularidad, será llevar a cabo una transformación profunda de la economía en el país.
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Reforma fiscal
“Algunas de las propuestas —las que por cierto han generado más preocupación en los mercados— son la fiscal, la pensional, los cambios en la industria de hidrocarburos y las políticas arancelarias”, remarca Salinas a LexLatin.
En cuanto a tributación, el programa establecido por Petro y su equipo promete un aumento en 5,5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) mediante la recaudación de gravámenes y, con ello, financiar el plan “Colombia Potencia Mundial de la Vida”, su programa de gobierno.
Según las previsiones, el aumento en la recaudación se obtendrá de un aumento progresivo del cobro de impuestos, a la vez, se eliminarán los beneficios tributarios y se reforzarán las políticas contra la evasión tributaria.
“Todo ello apuntando a una reivindicación de los sectores más vulnerables de la sociedad (mujeres, personas de la tercera edad, zonas rurales, indígenas, afrodescendientes, entre otros). Sin embargo, las dudas están colocadas en cómo plantea hacerlo y cuáles serían las consecuencias en el ámbito macroeconómico y financiero”, agrega el especialista.
La lectura de un entorno económico complicado y un descontento social fueron dos elementos que Petro supo leer para posicionarse y ganar las elecciones, comenta Sergio Guzmán, director de Colombia Risk Analysis, una consultora en temas políticos.
En abril de 2021, Colombia vivió una serie de protestas que iniciaron por convocatoria de algunos sectores obreros, para luego dar paso a un rechazo articulado en contra de las reformas de pensiones, laborales y educativas. Las protestas se originaron inicialmente porque el entonces gobierno del presidente Iván Duque pretendía aumentar los gravámenes a alimentos y productos básicos, en medio de un repunte en los casos de coronavirus. La manifestación masiva fue nombrada como 'Paro Nacional'.
Entonces el objetivo de Duque era recaudar alrededor del 2 % del PIB con las reformas tributarias que, sin embargo, no consideraron un aumento a los impuestos de los sectores de la economía más favorecidos, un factor que sí considera la nueva reforma impulsada por Petro.
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Subsidios
Para Guzmán, las propuestas del presidente electo no solo son 'altas', sino que algunas son poco realistas. Por ejemplo, Petro ha propuesto mantener subsidios sociales que se activaron durante la pandemia, además de pretender suspender la explotación de pozos petroleros y carboníferos en Colombia, una meta complicada pues el gobierno echa mano de los recursos obtenidos por esos productos que, en el corto plazo, difícilmente podrá eliminar completamente.
Según cifras del Banco Mundial, la renta del petróleo como porcentaje del PIB alcanza el 3.7 % en Colombia e incluso es el principal producto de exportación por encima del café, otro de los principales productos exportados por el país sudamericano.
“Una reforma laboral, política, tributaria o pensional son palabras mayores y al gobierno le va a tocar trabajar con sectores de la oposición llegar a compromisos para seguir dando el debate”, puntualiza Guzmán.
Reforma al sistema de pensiones
Otra de las propuestas de Petro es un cambio al sistema de pensiones. Este, en Colombia, es administrado mayoritariamente por privados.
El plan de Petro es crear un fondo público de pensiones que compita con los fondos privados. Las inversiones del fondo de pensiones estarán orientadas a la reactivación de la economía agrícola, además de la ampliación de la edad de jubilación, que actualmente es de 62 años para hombres y 57 para mujeres.
Estableceremos un bono pensional subsidiado por encima del valor de la línea de pobreza para todos nuestros adultos mayores del campo y la ciudad que no pudieron aportar durante su vida laboral. Para el resto de la población se garantizará una pensión justa y solidaria proporcional a sus ingresos, aportes y ahorros voluntarios, se lee en el plan del gobierno electo.
Para Salinas hay un par de elementos de análisis para lo propuesto por el nuevo gobierno: la viabilidad técnica y la factibilidad de las propuestas en el terreno político, es decir, qué tanto puede negociar el gobierno de Petro con el resto de fuerzas en el Congreso para encauzar sus promesas de campaña.
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Reforma agraria
El tema agrario es otro de los más importantes para el gobierno entrante. Si bien Petro ha dicho que no se realizarán expropiaciones, pretende recuperar 15 millones de hectáreas que no son productivas. También se prevé eliminar los latifundios improductivos de más de mil hectáreas en tierras fértiles y se comprarán tierras para repartirlas entre los campesinos.
En opinión de Guzmán, eso será otro obstáculo a vencer pues difícilmente la administración entrante, al menos su ala más cargada a la izquierda, podrá conciliar con el Partido Conservador o con el Partido de la U.
El economista en jefe de LarrainVial explica que, en materia fiscal, el monto del 5 % del PIB es “bastante ambicioso” y replica estrategias que no han funcionado en otros gobiernos, como mejoras en el Departamento de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) y la eliminación de exenciones tributarias.
“Respecto del punto de la factibilidad política, estas propuestas tienen que ser aprobadas por el Congreso, que por cierto está fragmentado y el Gobierno no tiene mayoría. Esto conlleva a un proceso de moderación de todas las propuestas o, en caso contrario, podríamos ver un congelamiento de la agenda legislativa”, refiere Salinas.
Esta es la primera vez que Colombia decidió por la izquierda: en los consensos políticos estará la clave de la implementación de las reformas prometidas.
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