Tras una sesión de más de ocho horas, jueces del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4) refrendaron por unanimidad la condena del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción y lavado de dinero. El veredicto - divulgado el miércoles 24 de enero - aumentó la pena impuesta en julio por el juez Sergio Moro, que pasa de nueve años y seis meses, a 12 años y un mes de prisión.
Con este resultado, las posibilidades de que el expresidente concurra a las elecciones de octubre son cada vez más escasas, incluso en el caso de que se recurriese la decisión. Según los jueces, Lula se benefició de la compra y reforma de un apartamento triplex, a cambio de favorecer a la constructora OAS en contratos con Petrobras.
La sesión fue transmitida por televisión y vista por miles de personas en todo el país. Solo en Porto Alegre, sede del TRF4, cerca de 50 mil militantes en favor de Lula se reunieron frente a una pantalla instalada en el Anfiteatro Pôr do Sol, zona cercana al Tribunal. Todo el perímetro quedó aislado en el día anterior al juicio, con una presencia policial manifiesta en tierra, agua y aire (la ciudad está bañada por un lago en el que tuvo lugar uno de los pocos incidentes ligados a las protestas).
En la tarde del martes 23 de enero, un acto masivo a favor del exmandatario llenó el centro de la ciudad. Más de 70 mil personas asistieron a los discursos de la también expresidenta Dilma Rousseff, del senador del PMDB Roberto Requião y de diversos seguidores del PT. El último en hablar fue Lula, quien afirmó que no hay en el país un mandatario que haya sido más honesto que él. También dejó un mensaje para la oposición:
Tengo 72 años pero la misma energía que si tuviera 20, para seguir luchando. Cualquiera que sea el resultado, seguiré luchando.
El resultado
Además de la celebración de parte de la sociedad civil -que literalmente brindó por la condena-, el resultado del juicio dejó secuelas en otros campos. En el mercado financiero, la Bolsa de Valores de São Paulo registró un alza del 3,72%, el segundo mejor resultado del año. El dólar tuvo una cotización a la baja, y se espera que disminuyan las incertidumbres en el escenario electoral.
En contra del resultado, el PT lanzó la precandidatura de Lula el 25 de enero. El objetivo es recoger apoyos de todos los partidos de izquierda, creando un gran frente en torno al nombre del expresidente. También deberían intensificarse las manifestaciones callejeras y la búsqueda de apoyos internacionales. Por el momento, el partido no habla oficialmente de un "plan B".
Sobre la posibilidad de que Lula entre en prisión, el magistrado y ministro del Tribunal Federal Superior, Marco Aurelio Mello, afirmó que es algo que podría "incendiar a Brasil". Militantes vinculados al PT reconocieron que es una afirmación "de sentido común".
El escenario electoral
Con la condena confirmada, las posibilidades de que el expresidente concurra en las próximas elecciones generales quedan perjudicadas. Según los expertos, un “marcador de 3 -0” hace casi imposible la candidatura, fortalece a las instancias superiores en el veredicto y compromete la posibilidad de un resultado positivo en los recursos de la defensa al final.
Gilson Dipp - abogado, exministro del Tribunal Superior de Justicia y expresidente del TRF4 - explica que:
La pérdida de derechos electorales sólo se produce después de que la sentencia sea definitiva (algo que puede ocurrir sólo después de las elecciones). Existe la posibilidad de que Lula se presente.
Aunque la ley de Ficha Limpia -que bloquea los derechos de políticos condenados en segunda instancia- sea aplicada, los recursos pueden garantizar que se mantenga la candidatura hasta que se tome la decisión.
Si los trámites por la vía penal se alargan hasta una eventual posesión, Lula debería poder gobernar. Gipp comenta:
Ocurre que la jurisprudencia del Tribunal Superior Federal sólo autoriza juicios de presidentes por crímenes durante su mandato, no antes de tomar posesión.
Entender el contexto
Durante dos mandatos (de 2003 a 2010) Lula fue acusado por la Policía Federal de diversos crímenes, dentro de la operación Lava Jato. En el caso del tríplex, habría salido beneficiado con cerca de R$ 2,25 millones en “propina”. La condena en primera instancia fue impulsada por el juez Sergio Moro, figura polémica en el país y responsable de los procesos de la operación.
La ciudad de resaca
Porto Alegre amaneció de resaca la mañana del 25 de enero. Aunque en algunos casos haya sido en sentido literal (ejemplo de quienes conmemoraron el veredicto de la corte de segunda instancia), se trataba más bien de una cuestión moral; la reanudación del ritmo de vida de los ciudadanos de la capital gaúcha comenzó poco a poco, como si el jueves fuese en realidad un lunes.
Después de tres días acogiendo manifestaciones en contra y a favor de Lula, con el tránsito alterado y un despliegue cinematográfico de seguridad, pareciera que la ciudad se quedaba sin aliento mientras esperaba al juicio. Hubo quien comparó la situación con la sensación de estar viviendo la época del Foro Social Mundial, cuando miles de personas de todo el mundo vinieron a predicar que un nuevo mundo es posible.
En cierta manera, la analogía tiene sentido: lo que se vio en las manifestaciones y en los “mítines” realizados en la víspera del evento levantó el ánimo de los militantes que aún creen en el antiguo eslogan y, que de un tiempo para acá, se desilusionaron con la pérdida de credibilidad de los partidos de izquierda en Brasil. Al mismo tiempo, el resultado (aunque parcial) colocó un nuevo peso sobre los “corazones rojos”, y animó a la derecha - que pide la detención de Lula y su inhabilitación para ser elegido.
Lo cierto es que, de recurso en recurso, es claro que estamos lejos de catalogar este como el último capítulo de una trama que tiene incendiado a Brasil desde hace ya casi dos años.
*Con información de GaúchaZH
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