De las principales economías latinas, Chile es el país peor calificado por el Banco Mundial (BM) en su informe ‘Mujer, empresa y el derecho 2020’. Su calificación ajusta el 77,5 y, de acuerdo con Yanira Zúñiga Añazco, investigadora de Derecho Público de la Universidad Austral de Chile y doctora en Derecho por la Universidad Carlos III, esa calificación obedece a razones históricas.
Zúñiga Añazco detalla que en Chile la inserción laboral de las mujeres siempre ha estado por debajo del marco latinoamericano y que, desde la administración de Michelle Bachelet, los últimos intentos por desarrollar políticas públicas se han mermado al grado de perpetuar los roles de género en leyes que a simple vista suponían acabar con ellos.
El rol del cuidado del hogar no solo se ha delegado social y culturalmente a las mujeres, sino que se ha reforzado de manera estructural desde las leyes. Para Yanira Zúñiga Añazco basta con revisar las leyes laborales, civiles y familiares.
Por ejemplo, en materia laboral en 2011 se aprobó la llamada “ley posnatal de seis meses” que -como su nombre lo dice- extendió en Chile el periodo posnatal a seis meses y estableció un subsidio para las mujeres financiado por el Estado. “En un primer momento la ley se considera buena pero ‘faculta’ a las madres para ‘ceder’ una parte de su permiso, solo una parte que no alcanza ni el tercio del periodo; además fija un tope para el subsidio estatal. La clave está en que al haber una brecha de ingreso, lo más probable es que las parejas de las mujeres ganen más y por la carga de perder el diferencial del tope que fija la ley, las mujeres contribuyen quedándose en casa. Es decir, sería más costoso que los maridos asumieran el cuidado de los recién nacidos”, desarrolla la académica. Yanira Zúñiga Añazco ha hecho seguimiento de las cifras de traspaso del periodo de descanso posnatal y observa que el número de varones que ha hecho uso de este derecho es menor que el 1 %.
En mayo de 2019, el actual presidente de Chile, Sebastián Piñera, pretendió impulsar una reforma laboral con el lema “por la conciliación, trabajo, familia e inclusión”, con el planteamiento de una hiperflexibilización de las jornadas laborales diarias. Las críticas del proyecto fueron en el sentido de que abriría espacio a la precarización del trabajo y a una sobreexplotación laboral muy tendente en el país.
Sobre los derechos laborales de las mujeres chilenas, siguen pendientes las modificaciones sobre la garantía de la igualdad salarial y el establecimiento como derecho de la cobertura de casas cuna (guarderías).
"Un último apunte es la necesidad de atender la protección de estándares de seguridad que garanticen un ambiente libre de violencia dentro de los espacios laborales de las mujeres. El acoso sexual es un desincentivo para la presencia de mujeres en espacios laborales. Hay estudios de género que lo describen como hipótesis que además de un hecho camino a la violencia sexual e intimidad sexual, también tiene dimensiones discriminatorias”.
El informe es producto de un estudio realizado por el Banco Mundial en los últimos dos años por el que se analizan las leyes que afectan la vida laboral de las mujeres en sus diferentes etapas. Para este, el organismo considera 190 economías del mundo. En el informe, disponible en línea, Los resultados del estudio fueron organizados en ocho grandes ejes: remuneración, trabajo, parentalidad, matrimonio, violencia, emprendimiento, activos y jubilación.
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