¿Podemos permanecer unidos a pesar de estar físicamente separados? Las firmas legales en tiempos del COVID-19

Las firmas legales en tiempos del COVID-19 / Pixabay
Las firmas legales en tiempos del COVID-19 / Pixabay
Los despachos han dejado de ser un lugar físico donde abogados y clientes coinciden para ser una entidad donde distintos individuos (abogados y staff) trabajan desde casa conectados virtualmente
Fecha de publicación: 13/04/2020
Etiquetas: Gestión LexLatin
Jaime Fernandez Madero

No recuerdo haber visto algo como esto antes. Me hace recordar historias sobre la Segunda Guerra Mundial o películas espeluznantes sobre catástrofes globales. Tal vez esté exagerando un poco, pero esta vida en cuarentena, donde todo el mundo debe permanecer en casa, salvo para abastecerse con insumos básicos, es la situación más disruptiva que el mundo ha experimentado en mucho tiempo. Y quizás este sea solo el comienzo.

Desconocemos la magnitud y el alcance de todo esto. Simplemente no es posible saberlo ahora.

Desde hace mucho, venimos hablando en todo tipo de foros sobre disrupción, cambio e incertidumbre. Hemos disfrutado debatir sobre innovación con cierta preocupación, pero también con bastante sarcasmo, deseando que las cosas no cambiaran demasiado y que nuestras vidas personales y profesionales continuaran como siempre. Resulta interesante hablar sobre cambios hasta que llega el momento de verdaderamente cambiar.

La nueva realidad implica – o muy pronto implicará- que todos nos quedemos en casa y trabajemos desde allí. No por un día ni por una semana, sino tal vez por un tiempo mucho más largo. La firma legal deja de ser un lugar físico donde abogados y clientes coinciden y pasa a ser una entidad donde distintos individuos -abogados y staff- trabajan desde casa conectados virtualmente.

Durante los últimos días, las firmas han estado enviando comunicaciones a su personal y a sus clientes para informarles de las medidas sanitarias y de los cambios en sus servicios que vienen implementando. Todos los despachos han tomado medidas similares. Indefectiblemente, están enfocándose en los asuntos urgentes, como los servicios legales y los de salud, y están asumiendo que la situación es de carácter temporal y, por ende, no pasará mucho tiempo hasta que el servicio normal pueda ser restablecido y la gente recupere la normalidad en sus vidas. Sin embargo, no sabemos si ese va a ser el caso.

Pero, ¿qué pasará si la situación de emergencia se prolonga más de lo esperado? Esa es una de las interrogantes principales que se plantean. En ese caso, las medidas de emergencia serán insuficientes. Una situación que se extienda en el tiempo impondrá la necesidad de abordar, con mayor entendimiento, los nuevos desafíos que enfrentaremos al estar socialmente aislados en nuestros hogares.

Me dediqué a releer el número especial del Harvard Business Review (septiembre 2017), Connecting at Work, en el que se discute el impacto de la soledad en la sociedad actual, a pesar de estar más conectados que nunca, gracias a la tecnología. La soledad ha venido afectando incesantemente diversos aspectos de la sociedad y, entre ellos, podemos mencionar la eficiencia y la productividad laboral. Los artículos incluidos en esa edición de HBR alcanzaron repercusión inmediata. Si los abogados tuviesen que permanecer en casa por semanas o incluso meses, tal estado generaría sentimientos de aislamiento y soledad. Una vez resuelvan los aspectos urgentes inherentes a la crisis del COVID-19, las firmas deberán enfocarse en otros temas que, si bien son de relevancia secundaria, no dejan de ser decisivos. Uno de esos temas es cómo continuar operando bajo las circunstancias inusuales actuales. Más específicamente, cómo las firmas lograrán que sus equipos se mantengan unidos en el plano emocional y cómo mantendrán a flote los niveles de compromiso, a pesar de la situación adversa.

La publicación resalta la importancia de la conexión con los compañeros de trabajo como forma de nutrir el sentido de permanencia, lo que, a su vez, ayuda a consolidar los vínculos basados en la confianza. Cuando la gente está mejor conectada, se compromete más y es más productiva. La mayoría de las acciones que implementamos para intentar construir conexiones suceden a través de interacciones directas y personales en la oficina, de ahí que el desafío sea encontrar nuevas formas de mantener la cercanía estando distanciados. Trabajar para nuestros clientes ayudará, pero esa labor involucra a un número limitado de personas de la oficina. Se necesitará un abordaje comunicativo más amplio para lograr que las personas se mantengan conectadas con la firma y para contribuir a la preservación del espíritu comunitario y del sentimiento de pertenencia.

Aquí algunas ideas:

1. Liderazgo. Una de las mejores formas de conectar a la gente con la firma es a través de los líderes. En ese sentido, resulta útil establecer una comunicación, a intervalos regulares, entre el socio director y el resto de la firma, enfocada en noticias actualizadas o simplemente en mensajes motivacionales. No es necesario que las comunicaciones posean una extensión significativa ni un contenido rebuscado, basta con que se compartan noticias o puntos de vista. Esto ayudará a mantener a la gente conectada con los líderes de la firma. Para reforzar el sentimiento de cercanía, la comunicación puede incluir audio e imágenes.

2. Reuniones de equipo en entornos virtuales (e-meetings). Será de ayuda que los equipos de trabajo sostengan reuniones en entornos virtuales de forma regular, ya sean sobre sus áreas de especialidad o sobre sus clientes. Las e-meetings no tienen que girar en torno a asuntos laborales únicamente, sino que pueden incluir actualizaciones u otros temas que sean relevantes para todo el grupo.

3. Compartir información sobre temas de utilidad con toda la firma. Además de información específica sobre asuntos legales o datos sobre casos de trabajo, puede ser beneficioso enviar y compartir información sobre temas no laborales con el fin de aumentar la percepción de conectividad. Pueden incluirse presentaciones o charlas con miembros de la firma o con expertos externos sobre información de utilidad para el equipo.

4. Interacción social. Ciertas formas de interacción social digital podrían también contribuir a mejorar la conexión entre los compañeros de trabajo de la firma. Si bien es cierto que ya existen diversos medios y herramientas disponibles para tal fin, también puede ser positivo que la firma cree sus propias plataformas interactivas para mantener a la gente en contacto. La compañía digital Globant, por ejemplo, tiene una plataforma donde los miembros pueden compartir fotos de ellos mismos desde su lugar de trabajo, ya sea desde casa o desde la oficina. Con esto, además de divertirse, fortalecen su sentido de intercambio comunitario.

5. Capacitación sobre herramientas tecnológicas. La conectividad podría verse limitada, si algunas personas de la firma no saben cómo usar las herramientas tecnológicas disponibles. Brindar la capacitación adecuada y establecer las reglas de uso de tales herramientas facilitará que la gente se familiarice con ellas e incrementará la participación y el compromiso.

Una mejor conectividad, más sólida e intensa, entre la firma y sus miembros generará un mayor sentido de normalidad y productividad, lo que es muy importante en un contexto como el actual. Más allá de las ideas y soluciones específicas que las firmas legales encuentren para esta situación, para lo que se requerirá una buena dosis de creatividad, es importante que todos, en especial los líderes, entiendan que esta situación excepcional necesita de una mayor conciencia individual y del entorno. Esto se asumía como implícito en un mundo donde compartimos un espacio común como la oficina durante la mayor parte de nuestro tiempo, pero ahora las cosas cambiaron. Necesitamos entender que, aunque estemos distanciados, todavía podemos estar cerca los unos de los otros. Nos enfrentamos a una situación compleja, pero eso no quiere decir que nuestros vínculos con nuestra firma y entre nosotros tengan que debilitarse. Necesitamos encontrar formas de evitar que eso suceda.

Quizás esta sea una excelente oportunidad para replantearnos varios aspectos sobre el funcionamiento de las firmas. En ocasiones, las tensiones y la competitividad del mundo profesional socavan nuestra habilidad para construir vínculos sólidos dentro del despacho. Es así como aparecen la soledad y el aislamiento. Es el momento para que los líderes empiecen a considerar alternativas para mantener a la gente unida y comprometida con la firma.

En tiempos difíciles e inciertos como los que corren, nuestra comunidad en el trabajo debería ser una de las fuentes principales de esperanza y fuerza.

Deberíamos mantenernos unidos a través de la comunicación y la interacción, para beneficio de nuestros clientes y de nosotros mismos. Podemos permanecer unidos, a pesar de estar físicamente separados.

Cuídense y no pierdan la esperanza.

*Jaime Fernández Madero es socio fundador de Fernández Madero Consulting. Puedes contactar a Jaime Fernández Madero a través del correo 


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