Durante este último año se han podido apreciar problemáticas empresariales que han traído consigo la exposición mediática de distintos gerentes, directivos y dueños de empresas o negocios. Lo hemos visto tras lamentables casos de pérdidas humanas en razón de la falta de diligencia y prevención en temas de seguridad y medio ambiente empresarial. De la misma forma, se ha visto en la crisis de reputación empresarial ocasionada por la corrupción y por una falta de control y cumplimiento de la normativa de competencia, la cual restringe principalmente los acuerdos de precios entre empresas competidoras.
Lo anterior, es prueba de que el día a día en el mercado trae diversas contingencias legales, éticas y de reputación para las empresas, alcanzado algunas de ellas a las personas que las dirigen y que son responsables de los distintos equipos de la organización. Por tanto, a continuación se señalarán aquellos ámbitos que requieren de un mayor cuidado por parte de los gerentes y representantes de una corporación, para mantener no solo a su compañía bajo un cumplimiento normativo adecuado, sino también su responsabilidad legal personal bajo control.
En primer lugar, los gerentes y jefes cuyas funciones se encuentran relacionadas con la seguridad y salud de los trabajadores, deben saber que si la empresa incumple las normas, tendrán un riesgo penal. Éste los afectará directa y personalmente, en caso de que la autoridad haya notificado sobre el incumplimiento a la empresa y esta no haya tomado medidas para prevenir los riesgos de la vida, salud e integridad de los trabajadores.
En segundo lugar, resulta necesario prestar especial atención al cumplimiento de la normativa ambiental, ya que de lo contrario, los gerentes y trabajadores responsables de estas funciones, podrían ser inculpados de delitos de contaminación. Estos delitos podrían relacionarse con emisiones que exceden los límites máximos permisibles, el mal manejo de los residuos sólidos, o el tráfico ilegal de los residuos peligrosos, entre otros.
En tercer lugar, se sugiere tener en consideración el aspecto tributario, ya que aquel que fraudulentamente deje de pagar tributos establecidos por ley, podría ser privado de su libertad.
Finalmente, un cuarto ámbito que también resulta de cuidado es aquel que se encuentra relacionado con las normas que protegen la libre competencia en el mercado, es decir el libre juego de la oferta y la demanda. Los ilícitos relacionados a los acuerdos de precios entre empresas competidoras, la coordinación de actividades promocionales entre las mismas, y el boicot, entre otros, son sancionados con multas no solo a nivel empresarial, sino también personal si se comprueba que un determinado gerente, jefe o trabajador estuvo involucrado en la ejecución de dichas infracciones.
Ante dichos riesgos, entre muchos otros propios del quehacer empresarial, los gerentes y jefes deben saber que tienen distintos mecanismos de reducción de contingencias.
El primero de ellos, consiste en que las empresas logren hacer un mapa de sus riesgos específicos, según la actividad que ejecuten, para luego plantear las obligaciones jurídicas que tengan en, al menos, estos cuatro ámbitos. La implementación de este mapa puede ejecutarse, por ejemplo, mediante la elaboración de matrices legales en las que se indiquen la descripción de las obligaciones, la periodicidad de su verificación y el área encargada de su seguimiento.
Un segundo mecanismo se encuentra relacionado con la ejecución de capacitaciones periódicas del personal que pueda verse involucrado en situaciones de riesgo.
El tercero de ellos, se refiere a las auditorías internas y/o externas que permiten tener claridad sobre el estatus del cumplimiento de las obligaciones identificadas.
Finalmente, un cuarto mecanismo que es aún más seguro que los anteriores. Consiste en la implementación de un programa de cumplimiento integral o compliance que logre sistematizar distintas políticas, manuales, capacitaciones, monitorizaciones y medidas disciplinarias transversales. Estas servirían para resguardar el cumplimiento legal de las compañías para reducir contingencias que podrían afectar no solo a la empresa, sino también la esfera personal, ética y a la reputación de los funcionarios que las dirigen y/o que trabajan en ella.
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