México tendrá una mujer presidenta a partir del 1 octubre de 2024, cuando Claudia Sheinbaum tome posesión del cargo. Muchas cosas han tenido que ocurrir para que una mujer llegue a este cargo, sin embargo, sigue habiendo muchas inequidades, mucha violencia, mucha discriminación y muchas brechas que afectan a las mujeres en México.
Este no es solo un tema de números en cuanto a paridad en los puestos públicos, incluyendo gobernaturas, Congreso federal y locales, sino más bien es una necesidad de hacer un cambio profundo que permita erradicar las inequidades que viven las mujeres y niñas, en gran mayoría, todos los días.
Claudia Sheinbuam tiene la legitimidad y el poder para emprender acciones que marquen la diferencia en materia de igualdad, desde gobernar con equidad de género y llevar a las mujeres a los lugares que corresponde en todas las aristas de la realidad nacional.
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La presidenta electa podría empezar con reconocer cómo la responsabilidad de los cuidados de las y los menores de edad, de las personas mayores y de las personas con enfermedades ha sido siempre atribuida a las mujeres y, en consecuencia, generar políticas públicas y proponer leyes que permitan erradicar el rol, para que sea asumido sin dependencia del género.
En ese tono, sería óptima la creación de un Sistema Nacional de Cuidados, por ejemplo, que contemple escuelas primarias y secundarias de tiempo completo, guarderías de buen nivel y accesibles a todas las mujeres y hombres trabajadores —incluyendo a aquellas personas que trabajan en el mercado informal—, y centros de cuidado de personas mayores y/o de personas que requieran de cuidados médicos o de vigilancia.
Sin un Sistema Nacional de Cuidados, las mujeres seguirán siendo víctimas de la segunda jornada laboral y con pocas posibilidades de salir adelante en la actividad económica que desempeñen.
Me encantará atestiguar que las mujeres mexicanas de cualquier edad tengan acceso a servicios de salud de primer nivel, en los que accedan a los estudios, medicinas y atención que merecen, en los que puedan recibir educación sobre su salud y en los que sean atendidas con respeto.
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Me encantará cerciorarme de que la señora presidenta lleve a cabo una reforma al Poder Judicial federal (y una propuesta de reforma a nivel estatal enviada a todas y todos los gobernadores), enfocada en juzgar con perspectiva de género, capacitando y educando a todos los juzgadores y funcionarios estatales y federales sobre qué significa juzgar con perspectiva de género; y que esto sea una reivindicación de todas las mujeres en el ejercicio de sus derechos, para que tengan acceso a una justicia verdadera, expedita y con perspectiva de género.
Me encantará confirmar que la señora presidenta se aboque en la implementación de una capacitación a todas las personas que llevan a cabo una función en la investigación de delitos que involucran la violencia en contra de una mujer (aún siendo ellas las que cometen los delitos), en todas las fiscalías y cuerpos de investigación de delitos (ministerio público), a nivel federal, para que estas investigaciones, integración de carpetas y denuncias y actos judiciales en materia penal se hagan con apego a la ley y con perspectiva de género. Y que estas iniciativas sean enviadas en términos de ley a las y los gobernadores de cada estado de la República para ser implementados a nivel local.
Me encantará saber que la señora presidenta reciba personalmente en su oficina a todas las mujeres buscadoras de hijas, hijos, esposos, concubinos, nietas y nietos que llevan años haciendo todo para encontrar a sus parientes desaparecidos y que cree un verdadero órgano de apoyo y búsqueda de personas desaparecidas.
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Me encantará confirmar que la señora presidenta instruya a su secretario de Educación para que en todas las escuelas públicas y privadas del país se lleve a cabo una educación sin distinción entre hombres y mujeres, que todas las personas sean evaluadas y reconocidas por sus méritos, éxitos y superación personal y que se eduque a todos los hombres en una cultura incluyente, en lugar de una cultura del patriarcado.
Me encantará aplaudir que la señora presidenta hace todo lo necesario, en todos los
aspectos que su cargo le permite, para que no vuelva a haber un matrimonio forzado de niñas en comunidades indígenas ni casos de niñas vendidas en matrimonio.
Me encantará descubrir que Claudia Sheinbaum intentará llevar a cabo un cambio
sistémico que permita a las mujeres que viven en México tener una vida digna, sin
discriminación, sin violencia y sin rezagos respecto del resto de la población, que todas las mujeres podamos salir a la calle o estar en cualquier lugar de México y sabernos libres y seguras.
*María Teresa Paillés es socia de SMPS Legal. Se especializa en inversiones inmobiliarias, fusiones y adquisiciones, operaciones de financiamiento, licitaciones públicas y derecho corporativo general. Es socia fundadora y presidenta de Abogadas MX, una ONG que promueve el desarrollo profesional de mujeres abogadas.
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