En la última década, la evolución tecnológica e internet han empujado al mundo hacia la economía digital, un lugar donde las redes de telecomunicaciones y sus servicios tienen papeles estelares. Precisamente, a través de los avances que estas han traído, hoy en día se está gestando una nueva Revolución Industrial - la 4.0-, que va a transformar el ambiente empresarial y la vida de las personas. Dicha revolución, va a ser posible gracias a tecnologías relacionadas con el Internet de la Cosas (IoT por sus siglas en inglés), el big data, la computación en la nube y la inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés), entre otras.
Sin embargo, para que América Latina y Colombia en concreto puedan entrar en la veloz marcha hacia la Revolución Industrial 4.0, es necesario garantizar condiciones para la construcción de las autopistas digitales - fibra óptica, cables submarinos, antenas, etcétera - que van a llevar las tecnologías y servicios necesarios. De la misma manera en que los gobiernos han hecho de la infraestructura de transporte una prioridad, es necesario que las autopistas digitales se conviertan en uno de los caminos fundamentales para construir bienestar y desarrollo en Colombia a través de la economía digital. Así, estas políticas se convertirían en medios eficaces para recortar la brecha digital existente y elevar la calidad de vida de los ciudadanos.
En el caso colombiano, con la resolución 5161 de 2017, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC) estableció las nuevas definiciones de banda ancha, que van hasta una velocidad de internet de 25 Mbps, y que comenzarán a regir en el país desde el año 2019. Para que estas metas se vuelvan una realidad, es necesario que exista una infraestructura de redes sólida que permita la prestación de servicios a dicha velocidad.
Paralelamente, con la estrategia de los Kioscos y el Plan Vive Digital, el Ministerio de Tecnologías de la Información y la Comunicaciones (MinTIC) ha hecho importantes avances en la masificación y sensibilización sobre las TIC en los últimos años, a lo largo y ancho del territorio nacional.
Desde 2016, las inversiones que se han venido realizando en fibra óptica para aumentar su cobertura en el país, son un paso adelante para acercar a Colombia a las telecomunicaciones y servicios TIC. En este sentido, se puede ver el compromiso de los actores públicos y privados del sector, quienes se han sumado a la vanguardia de estas cuantiosas y relevantes inversiones en infraestructura tecnológica.
Es precisamente por ello, que se debe tender a una política pública en la cual se busquen dos objetivos claves:
- Crear un ambiente jurídico estable y favorable para la inversión sostenida en infraestructura de telecomunicaciones, que dé condiciones atractivas y constantes a los inversionistas.
- Generar un entorno digital exuberante, dentro del cual los emprendedores puedan florecer a través de aplicaciones e innovaciones tecnológicas.
Si no se trabaja simultáneamente en ambos frentes, podrían darse dos casos: que el país tenga redes subutilizadas, al no haber suficientes usuarios; que las redes estén congestionadas, por no ser suficientes para todos los clientes que las requieren.
Es decir, corremos el riesgo de tener autopistas sin carros o mucho tráfico en carreteras estrechas.
La discusión sobre las autopistas digitales no ha de referirse solamente al hecho de construirlas, sino también a la creación de ambientes legales y regulatorios confiables que den opciones de negocios rentables a los involucrados. De esta manera, se promueve la creación de empresa e industria en torno a las TIC, a la vez que se trabaja por proveer servicios de la más alta calidad en redes de alta tecnología. Éste es el contexto para continuar profundizando en las políticas públicas de la economía digital en Colombia, que han de traer bienestar y progreso a todos los ciudadanos.
}
Add new comment