Abogacía 5.0: el trabajo jurídico humanizado

El uso intensivo de tecnología es un diferencial para la mayoría de las firmas de abogados. / Canva.
El uso intensivo de tecnología es un diferencial para la mayoría de las firmas de abogados. / Canva.
La tecnología permitió un desempeño descentralizado, remoto y equilibrado.
Fecha de publicación: 06/06/2022

La Abogacía 5.0 se construyó en pandemia: la introducción de tecnologías innovadoras en el quehacer jurídico fincó sus bases. Hasta 2019, cuando la amenaza del COVID-19 era una narrativa cinematográfica de ciencia ficción, el término “Advocacy 4.0” aún estaba muy extendido en el entorno legal, tanto en despachos de abogados como en los departamentos legales de grandes empresas.

La Abogacía 5.0 es una innovación que permite el ejercicio de la profesión con el foco puesto en el ser humano y sus necesidades, creando condiciones para el surgimiento de nuevas formas de trabajar, gestionar y entregar valor al cliente.

Ya pasaron dos años y nos enfrentamos a una crisis mundial sin precedentes, la mayor de nuestra generación. Muchas decisiones fueron tomadas por empresas y gobiernos a gran velocidad. A principios de 2020 se estaban implementando cambios en los sistemas de salud, la economía, la política y cultura en cuestión de días. Hoy podemos decir que solo sobrevivieron aquellos que actuaron con rapidez, innovación y decisión.

Por ejemplo, a los artistas se les impidió realizar espectáculos y optaron por los lives. Los despachos de abogados, que antes de la pandemia tenían pocos empleados trabajando en remoto, durante la pandemia operaron 100 % desde casa. Actualmente, el régimen híbrido ha sido adoptado cada vez por más despachos. Sin embargo, pocos regresaron al 100 % presencial, incluso después de la flexibilización de las medidas de aislamiento social. ¿Por qué?


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Antes de responder, vale la pena destacar otras medidas tomadas para sortear la pandemia. El Poder Judicial en Brasil siguió la tendencia de no suspender sus servicios. El Tribunal de Justicia de Río de Janeiro, por ejemplo, adoptó el Régimen Diferenciado de Atención de Urgencias (RDAU), que no redujo la productividad de los jueces, sino todo lo contrario.

Volviendo a los despachos de abogados, muchos cumplieron el primer mes de la pandemia ya operando 100 % desde casa con resultados que, en muchos casos, revelaron un aumento en la productividad de sus equipos. Mediante el uso de varias herramientas tecnológicas apropiadas fue posible evaluar el movimiento de los Juzgados a través del seguimiento de los actos procesales y luego combinar estos datos con la demanda del equipo jurídico para generar indicadores relevantes para la gestión de sus carteras.

Softwares como Google Meet, Teams y VPN comenzaron a usarse más intensamente en la vida cotidiana (y se seguirán utilizando en 2022). Las reuniones con los clientes, que a menudo implicaban viajes aéreos, ahora se realizan puntualmente de forma gratuita y sin las molestias que requiere viajar en avión.

Lo cierto es que algunos despachos de abogados ya estaban preparados para este vuelco porque tenían el famoso 'plan B', con sistemas web (en la nube), herramientas de videoconferencia, jurimetría (métrica aplicada el sector legal) y enlaces de respaldo en internet. Solo hacía falta el desagradable empujón de una pandemia para poder extender el home office en pocos días a cientos o incluso miles de empleados repartidos por todo el país, y todos pensaron que duraría semanas, ¡pero han pasado más de 2 años!

Los términos técnicos, que antes solo dominaba el personal de TI, ahora se discuten en reuniones a las que solo asisten abogados. Es un diferencial contratar un centro de datos con backbone propio de fibra óptica, conectado con cables submarinos en São Paulo, Rio de Janeiro y Fortaleza, donde los servidores funcionan con respaldo en hot stand by. En el caso de la oficina donde soy socio responsable del área de Tecnología e Innovación, desde marzo del año pasado, hemos invertido en más servidores en el “data center” y en la “nube”.

Y sí la tecnología ha permitido seguir trabajando por la pandemia, incluso en home office, con aislamiento social, ¿por qué no mantener este régimen que implica ahorro en transporte, tiempo, gastos con ocupación de inmuebles? La tecnología ha aumentado la calidad de vida de los empleados que pueden pasar más tiempo con sus hijos, evitar el desgaste del transporte público, practicar deporte, etc. Mantener la oficina en casa es una práctica ESG (ambiental, social y de gobierno).

Según el Pacto Mundial, ESG no es más que la propia sostenibilidad corporativa. Una empresa que cumple con las prácticas ESG comprende sus impactos negativos y positivos en la sociedad y es capaz de actuar en consecuencia. Estas prácticas indican cuánto una empresa busca formas de minimizar sus impactos en el medio ambiente, construir un mundo más justo y responsable para las personas que lo rodean y mantener los mejores procesos de gestión.


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¿Obligar a un empleado a trasladarse al centro de una gran ciudad sin que ello suponga un aumento de la productividad? ¿Mantener una oficina con un consumo de energía innecesario? Vale la pena compartir un indicador interesante obtenido de una encuesta realizada en nuestra oficina, denominada “Feedback from Home Office”, la encuesta se realizó en cinco fechas:

En mayo de 2020, justo al comienzo de la pandemia, el 42,8 % deseaba el modelo híbrido, mientras que el 32,3 % deseaba seguir trabajando desde casa y solo el 17,5 % deseaba volver al espacio físico. En diciembre de 2020, el porcentaje de empleados que querían seguir trabajando desde casa ascendía al 66,5%, mientras que el 27,2% deseaba un modelo híbrido y solo el 4,2% soñaba con volver al espacio físico. En abril de 2021, el 68,3% quería seguir trabajando desde casa, el 26,6 % quería un modelo híbrido y el 3,4 % quería volver al espacio físico, En noviembre de 2021, el 74,8 % deseaba seguir trabajando desde casa y el 23,2 % deseaba un modelo híbrido y solo el 2,0 % deseaba volver al espacio físico; y finalmente en febrero de 2022, el 81,2% quería seguir trabajando desde casa, el 18,2 % quería el híbrido y un mísero 0,7 % quería volver al espacio físico.

La evolución de este indicador no deja dudas de que nuestros empleados de oficina quieren seguir trabajando desde casa, pues ya se han adaptado al uso de la tecnología adoptada por ellos.

Equilibrio entre tecnología y operadores legales

Con la pandemia estábamos ante un cambio de paradigma, porque efectivamente todo se podía hacer en cualquier lugar. La realidad hoy en día no es solo la “advocacy 4.0”, un concepto ligado a la Cuarta Revolución Industrial. De hecho, estamos ante la “advocacy 5.0”, que se dio allí al inicio de la pandemia, en la que la tecnología permitía trabajar de forma descentralizada, remota, con equilibrio.

En este contexto, la inteligencia artificial, el big data y el internet de las cosas (IoT) se utilizan para crear soluciones enfocadas en las necesidades de los involucrados, independientemente de su ubicación. El concepto '5.0' surgió de un proyecto del gobierno japonés de 'sociedad 5.0', que busca equilibrar el avance económico con la solución de problemas sociales, brindando los servicios necesarios para el bienestar en cualquier momento, en cualquier lugar y para cualquier persona. Un ejemplo práctico fue el impacto de IA en Japón, uno de los pilares de la Sociedad 5.0, con buenas prácticas en el desarrollo y uso de la información en áreas como salud, transporte y productividad.

Prácticamente le ganamos a la pandemia gracias a los avances de la ciencia, que acortaron años para el desarrollo de vacunas efectivas contra el COVID-19. En el transporte surge la planificación de ciudades conectadas e inteligentes, posibilitando más seguridad ciudadana, con menores costos de movilidad.

No sería exagerado decir que la pandemia ha terminado. Hoy podemos viajar, socializar en un bar, ir al cine o incluso salir a cenar. Los niños volvieron al colegio sin protocolos. Y la productividad no ha disminuido, probablemente porque la gran mayoría está acostumbrada a trabajar lejos de sus compañeros y gerentes. ¡Después de todo, fueron dos años de práctica intensiva!

Mantener el home office o trabajar en régimen híbrido trae beneficios a empleados, despachos de abogados y también a clientes. La mayoría de las empresas todavía permiten que sus empleados trabajen desde casa, lo que evita viajes agotadores a reuniones de unas pocas horas.


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Por lo tanto, al comienzo de la pandemia, había que tener en cuenta todas las consecuencias a largo plazo de este cambio de mentalidad. Entre las alternativas, además de superar la amenaza inmediata, también buscamos evaluar cómo funcionaría la sociedad después de la tormenta.

Sí, la tormenta ha pasado, la humanidad ha sobrevivido, ya que la mayoría de nosotros todavía estamos vivos, pero habitamos en un mundo diferente. Muchas personas y empresas no sobrevivieron. Y los que sobrevivieron adoptaron nuevos hábitos, que ya están incorporados a la vida cotidiana. No son raros los reportes de despachos de abogados que están produciendo más que antes del confinamiento social, ya que sin el desplazamiento de los abogados a la sede de sus respectivos despachos se aprovecha mejor el tiempo.

Tras el fin del confinamiento habitamos un mundo diferente, donde la competencia sigue siendo un diferencial, porque no tenemos tantas posibilidades de equivocarnos. Después de todo, el mercado estará lleno de buenos profesionales calificados para asumir un trabajo.

*Ricardo Alves es DPO y socio responsable del área de tecnología e innovación de Fragata e Antunes Advogados.

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