Vicente Fernández, Televisa y el curso de una decisión emblemática para la propiedad intelectual

El principal argumento de la familia de 'Chente' es que ni él ni sus familiares dieron autorización alguna al canal mexicano para narrar su vida.
El principal argumento de la familia de 'Chente' es que ni él ni sus familiares dieron autorización alguna al canal mexicano para narrar su vida.
La familia Fernández y TelevisaUnivisión han abierto una disputa sobre el derecho a contar, en bioserie, la vida del cantante mexicano.
Fecha de publicación: 31/03/2022

Esta semana, TelevisaUnivision presumió los niveles de sintonía de 'El último rey: El hijo del pueblo', la más reciente serie que estrenó y que recrea basada en una biografía homónima no autorizada escrita por la periodista Olga Wornat la vida de Vicente Fernández, el último gran charro de México, y a la que la familia de Fernández se ha opuesto desde su anuncio.

La disputa que mantiene la familia del cantante mexicano y la cadena televisiva no ha sido zanjada oficialmente, pues los familiares aseguran que la cadena está abusando de su nombre. Del Toro Carazo Abogados, bufete de Guadalajara, que asesora a la familia, ha evidenciado en diversos comunicados la inconformidad de los Fernández y ha ofrecido insights del avance del caso en contra de TelevisaUnivisión.

Mediante un boletín, el despacho difundió, el 12 de marzo de este año, que el Instituto Mexicano de Protección a la Propiedad Industrial (IMPI) ordenó a la cadena “no producir, promover y transmitir la ilegal serie El último rey: El hijo del pueblo”, así como suspender cualquier uso “de la voz, imagen y/o cualquier marca perteneciente a Vicente Fernández Gómez, para cualquier tipo de uso, en virtud de que la parte actora refiere que las demandadas no tienen derecho ni autorización para hacerlo”.

 

 

Según Del Toro Carazo, el 11 de marzo Grupo Televisa fue notificado sobre esto. A pesar de ello, TelevisaUnivision estrenó la serie, como tenía planeado, el 14 de este mes. Cabe decir que los hijos y viuda de Fernández también generaron diversos procesos en contra del libro de Olga Wornat, por aducen “violaciones de propiedad industrial e intelectual”.


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El debate público y las violaciones a la propiedad intelectual

¿De dónde surgen estas acusaciones de violaciones de propiedad industrial e intelectual? El principal argumento de la familia de 'Chente' es que ni él ni sus familiares dieron autorización alguna al canal mexicano para narrar su vida, especialmente porque cuando Fernández vivía se acordó con Caracol Televisión (que produce otra serie junto con Netflix) la venta de los derechos para su biografía. Para ellos, cualquier producto audiovisual o periodístico (como el libro de Wornat) son violaciones al derecho de marca y uso indebido de nombre artístico.

Sin embargo, el contraargumento aduce el principio de interés público del artista, considerando su fama. De acuerdo con especialistas, hay una serie de preguntas que este caso emblemático esclarecerá en materia con las resoluciones: ¿cuánto puede un medio de información masivo ficcionalizar o representar basado en hechos conocidos, públicos y notorios la vida de alguien y cuánto no? ¿Es realmente una violación de marca o propiedad intelectual usar lo recopilado, por medio del trabajo periodístico de un tercero, sobre la vida de alguien? ¿Es siempre un artista una marca aunque no se registre así ante las autoridades?

En este caso específico, en el que Wornat vendió los derechos de su libro a TelevisaUnivision (y, por ende, siguiendo todos los pasos aprobados por la legislación), la propiedad intelectual sobre su trabajo, basado en la recopilación de datos confirmados sobre la vida pública de un tercero, ¿es correcto hablar de una violación de marca? ¿Dónde está el límite entre lo propio (la autobiografía, la libertad de autorizar a un canal a contar tu historia, registrar un nombre artístico o proteger la imagen de un familiar) y lo público? y ¿cuáles cosas de esto que llamamos 'propio' son susceptibles para recrear en una serie?


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Respuesta de TelevisaUnivision: censura a la libertad de expresión

Por un lado, la televisora replicó en un comunicado que les sorprendió que, a pesar de que siempre mantuvieron una buena relación con Vicente Fernández y su familia, estos prefirieron firmar un contrato con Caracol Televisión y Netflix, lo que los llevó a acudir “a publicaciones serias y periodísticas para poder narrar a las audiencias mexicanas con una versión cuidada, pero también real de lo acontecido”. Como parte de esta preparación para la serie, la cadena también adquirió derechos sobre una veintena de canciones del charro.

Para la productora todo está claro: “TelevisaUnivision es respetuosa de la ley y de sus autoridades, pero no ha recibido notificación judicial que prohíba el estreno”. Además, de acuerdo con sus argumentos, que se les prohíba la realización y transmisión de la bioserie es intentar censurar la libre expresión: “Los quejosos pretenden censurarla de la televisión nacional, con la artimaña de que el nombre de una persona está ‘registrado’. Con ese argumento, cualquier figura pública podría crear un ‘registro’ y eso impediría a la prensa, a las revistas, a los libros y a los audiovisuales hablar de ellos”, señalaron, antes de concluir “esto no sucede en ninguna parte del mundo y arrojaría sobre México un manto censor sobre la libertad de expresión”.

En contraste, María Refugio Abarca, la viuda de Fernández, recordó que “Vicente registró sus marcas, su nombre artístico y la ley protege su imagen” por lo que, ya que “hizo todo bien y de acuerdo con la ley mexicana” nadie, ni siquiera un conglomerado televisivo “puede arrebatar esos derechos para lucrar”. La posición de la viuda del Charro de Huentitán es clara (en respuesta a lo declarado por TelevisaUnivisión): “Eso no es libertad de expresión, es un robo”.

A Abarca y sus hijos los ampara la Clase 41 de la Clasificación Internacional de Niza, pero a TelevisaUnivision también la ampara la ley, ya que ellos negociaron los derechos de un libro con su autora.


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Marco vigente

Los nombres suelen registrarse para bloquear el aprovechamiento de terceras personas, sin autorización, sobre el prestigio o beneficio de los artistas que los registran, además, facilita emprender negocios lucrativos por medio de la creación de productos o la prestación de servicios. Por lo tanto, recurrir a la ley para proteger los derechos morales y patrimoniales sobre la propia imagen, nombre y creaciones (y también amparar a los herederos) es lo más recomendable y una práctica en franco crecimiento, como han demostrado los registros comerciales del nombre de Shakira, Juanes, Cantinflas, Mikel Alonso, El Pibe Valderrama, la familia Beckham, El Chavo y otros famosos.

En México, el registro de nombres propios como marca se hace ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor), que emite un certificado de reserva de derechos sobre el nombre artístico o de personaje ficticio o simbólico por motivos tan simples como el de protección en vez de comercialización.

Una vez que se inicia este proceso ante el organismo, el IMPI exige que la persona que registra sea el titular del nombre o seudónimo previa presentación de un certificado de reserva de derechos (expedido por Indautor) sobre el nombre artístico, de personaje ficticio, simbólico o caracterización, en cumplimiento de lo establecido en el artículo 90 de la Ley de Propiedad Industrial mexicana. Los registros de marca y reservas de nombres artísticos también están tutelados por los artículos 27 y 28 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

El reglamento mexicano (al igual que el de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual) establece que los titulares de una marca deben usarla dentro de los tres años siguientes al registro para evitar la caducidad de sus derechos. 

Aunque TelevisaUnivision fue notificada, el 11 de marzo, de la decisión federal que prohíbe la transmisión de la serie biográfica, decidieron continuar con el estreno luego de solicitar (el 13 de marzo) al Juez Décimo Séptimo de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México un amparo en contra de las resoluciones del IMPI, según Del Toro Carazo, y de acuerdo con lo recogido en el portal del Consejo de la Judicatura Federal.

Entretanto, 29 millones de personas tan solo en México han visto la polémica bioserie, como informó orgullosamente El Canal de las Estrellas; mientras María del Refugio Abarca, convertida en portavoz de su familia, sigue dando batalla, apoyada por los Juzgados Tercero, Quinto y Séptimo de Distrito en Materia Administrativa de Ciudad México, que ordenaron el 13 de marzo que siguieran surtiendo efecto las medidas impuestas por el IMPI el 11 de marzo.

Aislados del conflicto legal, queda ahora en manos de los televidentes decidir cuál de las dos versiones de la vida del ídolo ranchero tendrá, al término de cada una, una mejor calificación. Después de todo, estamos hablando de un artista multifacético que, al momento de morir, dejó más de 100 discos, más de 300 canciones y cerca de 40 películas, aparte de una gran polémica surgida de la duda de quiénes tienen derecho a contar su historia.

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