La riqueza culinaria del Perú ha sido reconocida por décadas en todo el mundo, parte de esa riqueza reside en sus ingredientes y la otra en la tradición milenaria (más que todo indígena) detrás de cada plato. Además, la nación andina cuenta con diez denominaciones de origen culinarias que refuerzan el reconocimiento del que presumen: el pisco, el pallar de Ica, el café Villa Rica, el loche de Lambayeque, la maca Junín-Pasco, el café Machu Picchu-Huadquiña, el orégano y la aceituna de Tacna, el cacao Amazonas Perú y el maíz blanco gigante Cusco, de donde también es su primera indicación geográfica: la sal de Maras.
Esta indicación geográfica fue asignada el 21 de octubre, en una ceremonia realizada en las salineras de Maras, en Cusco, encabezada por el presidente del Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (Indecopi), Alberto Villanueva Eslava, quien acudió a la ceremonia de otorgamiento del certificado de reconocimiento con el embajador suizo en Perú, Paul Garnier; el director global de la Cooperación Económica Suiza, Dominique Paravicini; el director de la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos (SECO), Massimo Bloch, y el presidente de MaraSal (cooperativa que pertenece a las 633 familias cosechadoras), Edwin Pizarro.
El certificado que reconoce a la Sal de Maras como la primera indicación geográfica (IG) del Perú, garantiza su autenticidad y calidad para los mercados nacional e internacional, beneficiará directamente a 633 familias productoras en Maras, en Urubamba y representa un hito para la promoción de su origen, calidad y autenticidad.
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Indecopi informó que la cesión de la IG nació de un trabajo conjunto entre el Indecopi, los productores locales y la Cooperación Económica Suiza - SECO, a través del Proyecto Peruano Suizo en Propiedad Intelectual (Pesipro) fase II, cuyo objetivo es fortalecer la competitividad de los productos peruanos en el mercado global utilizando herramientas de la propiedad intelectual.
La Sal de Maras se cultiva (desde el 800 a.C.) a 3.300 metros de altitud en el salar Maras (en el Valle Sagrado de los Incas), denominado Patrimonio Cultural Intangible de Perú desde hace décadas. Es rosada y se ha demostrado que sus primeros cosechadores y explotadores fueron los Warys, que la intercambiaban por otros alimentos con otras comunidades andinas. Este mineral se trabaja completamente de forma artesanal y tiene propiedades nutricionales y medicinales destacadas.
Las familias que se beneficiarán directamente de la IG y los cambios que su concesión generarán en materia comercial trabajan sobre 6,8 hectáreas, donde hay 3.744 pozas de sal que se han heredado de generación en generación y que son tratadas bajo estándares milenarios y tradicionales de explotación.
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