El Senado mexicano aprobó la semana pasada una reforma a la ley del Banco de México (Banxico) que fue impulsada por la bancada del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), el partido oficialista. La iniciativa está próxima a discutirse en la Cámara de Diputados como parte de su segundo trámite legislativo.
Desde el anuncio de su aprobación ha causado inconformidad en el sector bancario. El Banco de México y la Asociación de Bancos de México han emitido comunicados en los que aseguran que la reforma representa un “riesgo innecesario” y “un peligro” para el sistema financiero, ya que compromete la integridad de las reservas internacionales y atenta contra la autonomía del Banco Central. Incluso se ha dicho que podría representar una puerta abierta para la entrada de recursos ilícitos al país.
Aunque miembros del Banxico participaron en la primera mesa de trabajo para la elaboración del dictamen -que se aprobó en el Senado junto con la Comisión de Hacienda y Crédito Público- la iniciativa no incluye las consideraciones, análisis y alternativas presentadas por la propia institución.
Las modificaciones a la Ley del Banco de México establecen que la institución tenga la obligación de adquirir los excedentes de moneda extranjera en efectivo que llegan al país mediante remesas, pagos en el sector turístico o por comercio en las fronteras e integre esas divisas a sus reservas de activos internacionales. El autor y principal impulsor de la reforma en el Senado, Ricardo Monreal, asegura que la reforma tendrá beneficios para los mexicanos que reciben dólares pero que obtienen un valor menor al de su divisa por los bancos donde los venden. Asegura que la reforma “establecerá el entorno adecuado para que mantengan el valor del dinero que reciben”.
Actualmente, el Banco tiene autonomía derivada de la Constitución para adquirir los activos que a su juicio sean necesarios o los derivados de las operaciones que realiza, por lo que puede evitar las operaciones que califica como de alto riesgo.
En uno de los análisis enviados al Senado, Banxico destacó que el excedente de dólares en el país es muy bajo: de enero a septiembre de 2020 las operaciones realizadas con dólares en efectivo ascendieron a más de 4.700 millones de dólares, de lo que se logró exportar o colocar en territorio nacional el 98 %. El 2 % restante, que asciende a 102 millones de dólares, es el excedente al que se refiere la nueva ley.
De acuerdo con el Banco de México, existe un riesgo al adquirir esos excedentes e incorporarlos a las reservas nacionales ya que se transfiere la responsabilidad acerca de la procedencia de ese dinero. Es decir, traslada el riesgo que los bancos asumen al captar moneda extranjera directamente. En caso de que haya sospecha de que los fondos están ligados a actividades ilícitas, el mismo Banxico podría verse perjudicado. Bajo este escenario, las reservas nacionales podrían ser escrutadas por autoridades judiciales estadounidenses que ante la mera sospecha podrían congelar cuentas.
Banxico determinó que la exportación de moneda extranjera en efectivo a través de corresponsales no es un problema generalizado en la banca mexicana y que la acumulación de excedentes de dólares en los últimos años ha sido mínima. De ahí que el proyecto de ley solo afectará a la banca mexicana y no cumplirá con el objetivo que buscaba lograr.
Por su parte, Ricardo Monreal elaboró un documento argumentativo para dar respuesta a las inquietudes del sector financiero. En este asegura que la compra de divisas excedentes por parte del Banco de México solo se hará a instituciones financieras mexicanas que, por pertenecer al sector, están obligadas a cumplir con la normativa aplicable de lavado de dinero y de operaciones ilícitas. El senador agregó que la ley ya faculta al banco central para comprar los excedentes de moneda extranjera y que será obligación del Banco emitir la normatividad aplicable para que esta reforma se cumpla sin atentar contra los intereses del mercado interno.
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