Paloma Infante fue nombrada recientemente directora de la práctica medioambiental y regulatoria de la firma chilena, Morales & Besa. Con una maestría en Derecho Ambiental, la abogada comparte las razones por las que decidió especializarse en esa rama y sus consejos para las nuevas generaciones. Con motivo de su nuevo cargo, contestó nuestro Cuestionario LexLatin.
¿Por qué decidió hacerse abogada?
No quería ser abogada, quería ser arqueóloga; pero finalmente entré a la escuela de Derecho de la Universidad de Chile y poco a poco empezó a gustarme, hasta que me transformé en una apasionada de mi profesión. Encontré en el Derecho Ambiental y Público una conexión con el desarrollo de la sociedad, la vinculación con el medio y la interrelación con muchos rubros técnicos que hacen que uno realmente se involucre en los fierros mismos de un proyecto. He tenido la oportunidad de ir a terreno, conversar y negociar con comunidades indígenas y escuchar sus puntos de vista; ir al Congreso; elaborar reglamentos y normas como el Plan de Descontaminación de Santiago o la Ley REP; participar en la creación de áreas protegidas y conocer un sinnúmero de variables que inciden en el desarrollo de proyectos y, a la larga, del país.
¿Puede indicarnos una meta a mediano plazo?
Me gustaría apoyar a la consolidación de los mecanismos financieros para crear y proteger áreas de conservación privadas. Este es un gran tema que no tiene regulación, está a la espera de que se apruebe el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP). He tenido la suerte de trabajar en varios proyectos de este tipo y veo en los clientes cada vez más interés en explorar estos acuerdos de colaboración.
¿Puede decirnos a quién admira como mentor (o un abogado que admire) y por qué?
Tengo varias referencias de abogados que me inspiran: puedo nombrar a Felipe Leiva, quien fue mi primer jefe en Carey y con quien comenzamos a darle forma al área ambiental de esa oficina. Felipe es, hasta el día de hoy, mi mayor fuente de conocimientos y revisión de criterios; lo encuentro muy sabio y con amplia mirada de las cosas. Finalmente, y por sobre todo, admiro a mi padre, Juan Eduardo Infante Barros, quien, además de ser un muy destacado abogado y profesor, es ante todo una excelente persona, que ha entendido su profesión como una herramienta para estar al servicio de quien lo necesite.
¿Puede indicarnos una película o libro que recomendaría a los estudiantes de Derecho?
Más que un libro o una película específica sobre leyes o abogados, me gustaría recomendarles que leyeran de todo un poco, poesía, política, historia, arte, ensayos y vieran documentales que los conectaran con la realidad, para comprender que el derecho es una herramienta que tiene contextos y circunstancias y que un buen abogado tiene que saber cómo funciona el mundo, ya que no sirve entenderlo todo desde una biblioteca.
Si no fuese abogado, ¿cuál profesión hubiese escogido? ¿Por qué?
Antes de ser abogada quería ser arqueóloga, pensaba en el trabajo en terreno, en descubrir cosas nuevas. También evalué la sociología. Hoy por hoy, que me he ido involucrando cada vez más con otras ciencias, me interesan mucho el urbanismo, la geografía y la economía porque, al igual que el derecho, van incidiendo en el desarrollo colectivo.
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