Joseph Mamounas se incorporó a la práctica de litigios de Greenberg Traurig en la oficina de Miami, tras cinco años como socio de Holland & Knight en Miami y Fort Lauderdale. En esta entrevista, el nuevo socio del despacho legal sugiere tomarse tiempo para formar a los abogados júnior para garantizar que la generación de relevo esté bien preparada, entre otras cosas.
Mencione un caso que haya dado forma a su carrera profesional y explique por qué
Aunque la mayoría, si no todos, de los casos que he manejado han dado forma a mi carrera de una forma u otra, uno de los más importantes fue el juicio que llevé por primera vez. El caso era sumamente complejo -involucraba cientos de miles de documentos, tipos únicos de evidencias y numerosos testigos- y nos enfrentó a mi equipo y a mí a cuatro adversarios, cada uno con un equipo legal muy potente. El caso presentó muchos desafíos sustanciales, cada uno de los cuales podría haber sacudido nuestra determinación, pero persistimos. La lección aprendida: si se está bien preparado y se cree en el caso, por lo general valdrá la pena.
¿Cuáles son sus expectativas de esta incorporación?
La cultura de Greenberg Traurig está impregnada de espíritu empresarial, excelencia y colaboración. Agregue a eso el alcance global de la firma, incluida su reconocida práctica en América Latina, que se extiende a lo largo de la región, y creo que los objetivos de mi práctica se alinearán exitosamente con el espíritu de la firma, al mismo tiempo que apoyarán los negocios de mis clientes en todo Estados Unidos y globalmente. Específicamente en América Latina, donde mis clientes operan desde México hasta los confines más profundos de América del Sur, creo que la firma podrá brindarle a mis clientes un servicio de primer nivel en cada paso del camino.
¿Cuál ha sido su mejor inversión para su carrera profesional?
Con demasiada frecuencia algunos profesionales pueden pasar por alto que se trata de una profesión, no solo de un trabajo. Invertir tiempo en sus clientes para conocer sus negocios y generar su confianza nunca es una pérdida de tiempo. Igualmente invaluable es el tiempo dedicado a desarrollar las habilidades profesionales. Independientemente de la naturaleza de la práctica de un abogado o de cuanto tiempo haya estado ejerciendo, siempre hay margen para mejorar sus capacidades profesionales. Y finalmente, tómese el tiempo para formar a los abogados júnior. Nada genera mayor fe en esta profesión que asegurarse de que la próxima generación esté bien preparada.
¿Cómo puede un abogado desarrollar su propia marca?
Construir con éxito la marca de un abogado requiere al menos algunos ingredientes clave. El primero es la excelencia. Como me dijo una vez un (modesto) socio sénior, "siempre habrá un mercado para los buenos abogados". La historia ha demostrado que sus palabras son ciertas. El siguiente ingrediente es el autosacrificio. La mayoría de los abogados pueden argumentar con éxito una moción, redactar un acuerdo de compra o cerrar un acuerdo de bienes raíces, pero los que se recuerdan con mayor frecuencia son aquellos que hacen un esfuerzo adicional por fidelidad a sus clientes y casos. Finalmente, la paciencia es clave. Como Roma, ninguna marca de abogado se construyó en un día, sino mediante un esfuerzo sostenido.
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