Mientras los términos inteligencia artificial (AI, por sus siglas en inglés) y automatización aún conserven un eco futurista dentro de la firma, la necesidad de entrar en materia y verlo en la práctica como soluciones que podrían eficientar procesos y dar mayor margen para optimizar la atención al cliente e innovar la estrategia legal, tanto la AI como la automatización se mantendrán a cierta distancia. No perdamos el tiempo.
Empecemos por establecer la distinción entre una y otra y las implicancias de adoptarlas. Poner estos términos sobre la mesa es parte de un proceso que se espera sea transversalizado y disruptivo: la transformación digital.
Esta aproximación es el eje del debate organizado por LexLatin y Thomson Reuters, Inteligencia Artificial vs. Automatización: ¿Por dónde y cómo empezar?, que se realizará el 22 de febrero. La discusión cuenta con la participación de Ana Paula Rumualdo (Hogan Lovells), Ana Burbano (KPMG Abogados), Rosa Rascón (Thomson Reuters) y Raúl Stolk (LexLatin). ¡No te lo debes perder!
Cambiar el mindset
Hace exactamente un año, los medios especializados en innovación del sector legal pregonaban una verdad que se intenta desactivar para dar paso al cambio: en materia de adopción de tecnología “los abogados por naturaleza siguen, no lideran”.
Para Ana Burbano, el proceso de transformación digital pasa primero por vencer el reto del “cambio en el mindset o forma de ver el mundo de los negocios legales”. En entrevista con LexLatin, la asociada sénior en Legal Operations & Transformation Services (LOTS) de KPMG Abogados, advierte la dificultad de dar un cuidado especial y tratamiento apropiado al cambio cultural que debe tener todo despacho.
“Tienen que innovar internamente a los efectos de ser más eficientes y, al mismo tiempo, ser capaces de adaptar el modelo de negocio a las nuevas olas de cambio tecnológico, de mercado y culturales”, asegura la especialista en legaltech. “El cambio se debe reflejar en todas las normas internas, procedimientos, políticas y, en general, decisiones de los gerentes y directores”, añade.
Ana Burbano ha desarrollado el ámbito de transformación digital de servicios legales en despachos referentes internacionales como Garrigues, Cuatrecasas y Allen & Overy.
Preguntas de fondo
Entrando en materia, a decir de Burbano, la clave al hablar de automatización y AI, está en tener mente amplia para plantearse las preguntas de fondo: ¿por qué queremos automatizar? ¿Tenemos la capacidad suficiente para realizar cambios organizativos que hagan posible el uso del sistema de AI?
Participa del Debate Inteligencia Artificial vs. Automatización: ¿por dónde y cómo empezar? este 22 de febrero.
Ana Romualdo, directora de la División de Tecnologías Digitales en Hogan Lovells, encuentra mejor llevar la discusión al uso aplicado y práctico. En materia de automatización, por ejemplo, un uso bastante común que nos da idea sobre el tema y su gestión se plasma en la aplicación de formatos o templates. Esa sola experiencia hace menos ajeno al término. El ejemplo da la oportunidad de identificar los cuidados de la adopción de procesos que se espera optimicen el uso de tiempo y calidad de la atención al cliente.
“Estos formatos suelen requerir cuidado para no errar en detalles que posteriormente pueden tener implicaciones significativas o, cuando menos, bochornosas. La solución ahí no es trabajar sobre un formato con espacios en blanco, ya que ello implicaría una revisión manual que puede ser laboriosa o en la que podemos equivocarnos, sino automatizarlo para darle mayor celeridad y evitar errores, de modo que únicamente se ingrese en casillas el texto que siempre cambia y al darle enter se genere automáticamente el documento”, detalla.
En materia de AI, Romualdo aterriza un argumento sencillo aunque no necesariamente rápido de atender: la elección depende de quién lo use y sus necesidades. “La AI ofrece una amplia variedad de posibilidades para los profesionales del derecho desde una perspectiva complementaria y que incluso puede potenciarlos”, enfatiza.
Para comprender dicha afirmación, la especialista en regulación de inteligencia artificial y robótica, trae a colación dos aplicaciones concretas del AI en el sector legal.
“Se puede aplicar, por ejemplo, en la identificación de tendencias en juzgados y diferentes reguladores. Esto permite identificar tendencias y cambios de criterio que nos permite dar a los clientes un análisis de riesgo o análisis predictivo que se derive de números concretos. Hay software cuyo producto llega hasta la predicción, hay otros que te pueden dar la tendencia y tú haces la predicción. También pueden emplearse software para etiquetar y clasificar documentos en el contexto de investigaciones, lo cual resulta particularmente útil cuando se tiene una cantidad muy voluminosa de documentos, ya que se puede hacer más eficientes los equipos y tiempos empleados”, detalla.
¿Latinoamérica llegó tarde a esta fiesta?
Es posible que en materia de automatización, pero no necesariamente en materia de AI. De una u otra forma, la pandemia le ha dado un aventón necesario acelerando el paso para atender el cambio cultural necesario para una transformación digital.
“Muchos están implementando cambios porque es necesario para adaptarse a nuevas modalidades de trabajo y para ponerse al día. Pero más allá de un cambio coyuntural debe ser un cambio de paradigma. El ADN de la firma debe tener un componente digital. El obstáculo más grande para la transformación digital es ese cambio de mentalidad. Entender que es un proceso constante. No solo se trata de integrar tecnología, sino de mantenerla actualizada. Y en el mejor de los casos, innovar”, asegura Raúl Stolk, abogado y asesor de la junta directiva en LexLatin.
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A decir de Stolk, el problema para las firmas latinoamericanas, muy común aún para las firmas a nivel mundial, es que la transformación digital “nunca fue un proceso orgánico, ni un asunto que tuviera que incluirse en la planificación de un presupuesto” y es eso lo que falta visibilizar en esta ola de oportunidad que ha ofrecido la pandemia.
Para Rosa Rascón, consultora sénior de LegalTech en Thomson Reuters, la dimensión y variedad de desafíos del sector legal latinoamericano en esta materia, ya tiene una contraparte que puede atenderlo. Rascón argumenta con optimismo su punto de vista.
“Los desafíos de las firmas latinoamericanas son variados pero las oportunidades son aún más grandes. La mayoría de las firmas no tiene personal dedicado a innovación o a legal operations; no obstante, ya existen en la región consultoras especializadas en transformación digital del sector legal para apoyarles. Por otro lado, si bien la mayoría de las soluciones de software legal están enfocadas a las firmas del mundo del Common Law, en los últimos años se ha incrementado la oferta de plataformas adecuadas para Iberoamérica”.
En opinión de Rosa Rascón, la automatización y la inteligencia artificial son tecnologías sobre las cuales andamos aún con un buen timing para entender e implementar.
“Por un lado, implementar automatización para no quedarse rezagados es ya una tarea pendiente para muchas firmas y, por otro, es un buen momento para empezar a entender qué es la inteligencia artificial pues hay muchos mitos alrededor de este último concepto”.
El proceso de transformación digital y adopción tecnológica, toca esa verdad que las firmas ya no pueden dejar relegada: adaptarse para innovar, innovar para ser más eficientes y a la vez atender el cambio. Todo ello contribuirá a ganar tiempo y capacidad intelectual a favor de los procesos creativos que requiere la firma y sus servicios de cara al cliente.
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