Carlo Verona, el nuevo socio de Demarest Advogados, es especialista con amplia trayectoria en litigios y arbitrajes internacionales. En el Cuestionario LexLatin le preguntamos cómo eligió el camino de la abogacía, quiénes le han inspirado durante su carrera y cuáles son sus metas inmediatas.
Conozca aquí sus respuestas.
–¿Por qué decidió convertirse en abogado?
–Fue más un asunto vocacional que una decisión racional. Siempre tuve una inclinación natural hacia la escritura creativa y las ciencias humanas. Vivir en los Estados Unidos a una edad temprana me trajo el deseo de convertirme en diplomático, pero entrenarme con el profesor Arruda Alvim durante mis años en la Facultad de Derecho en la Universidad Católica de São Paulo me mostró la práctica. Más tarde, en el año 2000, José Emilio Nunes Pinto, Fernando Eduardo Serec y Giovanni Ettore Nanni me introdujeron en la práctica del arbitraje. Manejar disputas complejas ha sido mi vida desde entonces.
–¿Podría hablarnos sobre un objetivo a corto plazo?
–Ayudar a Demarest a mejorar su ya prestigiosa práctica de resolución de disputas y a trabajar estrechamente en el desarrollo de nuevos talentos en resolución de disputas y cumplimiento corporativo.
–¿Podría mencionar a un mentor que lo haya ayudado a lograr sus objetivos profesionales o a un abogado que admire?
–He tenido el privilegio de trabajar con muchos académicos y practicantes talentosos e inspiradores en Brasil y en el extranjero. Ningún otro abogado, sin embargo, ha sido una inspiración más grande que José Emilio Nunes Pinto. José Emilio me inició en el mundo del arbitraje y ha sido un gran amigo y mentor durante mis 20 años de práctica legal.
–¿Una película o un libro que le gustaría recomendar a los estudiantes de Derecho?
–Tengo tres grandes favoritos entre muchos otros. Churchill: Una Biografía, escrita por Lord Roy Jenkins; El padrino, por Mario Puzo, y Adiós a las armas, por Ernest Hemingway. Para mí, la esencia de la humanidad se encuentra en la combinación de estas tres obras. Para entender la ley, creo que debes comenzar por apreciar las voluntades y los defectos de aquellos que la hacen y la cumplen.
–Si no fuese abogado, ¿qué profesión elegiría?
–Nací y viví la mayor parte de mi juventud en el campo. Antes de tener que tomar las cosas en serio, realmente me divertí en la finca de mi familia en el extremo oeste de Brasil. Podría haberme ganado la vida con eso. Tal vez algún día lo haga.
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