Bimbo, entre la reformulación de productos y el nuevo etiquetado en México

Bimbo está diseñando una estrategia para mitigar el impacto del etiquetado frontal obligatorio / Fuente: Bimbo Web
Bimbo está diseñando una estrategia para mitigar el impacto del etiquetado frontal obligatorio / Fuente: Bimbo Web
Cumplir con la nueva normativa representa un costo de casi 280 millones de dólares para la empresa
Fecha de publicación: 09/09/2020

Bimbo, considerada la panificadora más grande del mundo con más de 5.000 productos y 100 marcas en 18 países, está diseñando una estrategia para mitigar el impacto del etiquetado frontal obligatorio en México. Recientemente, los alimentos de la empresa han pasado por el escrutinio de sus ingredientes y fórmulas para determinar si se les pondrá hexágonos que adviertan del exceso de sales, azúcares o grasas saturadas a los consumidores. 

Se estima que acatar el cambio en el etiquetado implicaría para la empresa una inversión de casi 280 millones de dólares (6.000 millones de pesos). El director general de Bimbo, Daniel Servitje, informó que las nuevas etiquetas estarán listas en octubre, cuando entra en vigor la nueva norma. Después, con el tiempo, buscarán reformular sus productos para no estar obligados al etiquetado ya que, si quisieran implementar los cambios en este momento, sería muy costoso. Esto se debe, de acuerdo con Bimbo, a que las medidas aplicadas en México son más estrictas que las aplicadas en otros países de Latinoamérica. Servitje añadió que “cree en el bienestar de los productos y consumidores” y que están listos para asumir este reto.  

La reformulación o relanzamiento de productos no es un fenómeno nuevo en América Latina. Obedece -principalmente- al cumplimiento de las nuevas normas de etiquetado, pero también se da para conectar con consumidores más conscientes.

La norma mexicana prevé, entre otras cosas, que todos los productos sólidos que en 100 gramos aportan 275 kilocalorías o más deberán tener el sello con la leyenda "exceso de calorías". En el caso de los productos que tengan el 10 % o más del total de energía proveniente de azúcares libres -como monosacáridos y disacáridos- o provenientes de grasas saturadas deberán tener el sello de "exceso de azúcares" o de "exceso de grasas saturadas", según corresponda. En el caso del sodio, la medida límite son los 300 miligramos por cada 100 gramos de producto o  más de un miligramo de sodio por caloría. 

La asociación civil El Poder del Consumidor realizó recientemente radiografías a los productos Bimbo que reflejan lo siguiente: en el caso de los Bimbuñuelos, contiene 5 gramos de azúcar por porción de 16,5 g, es decir, 1 cucharada cafetera de azúcar, que excede el 10 % del límite máximo tolerable, además aporta 89 calorías por cada 16,5 gramos, que representa entre el 4.5 % y el 5.6 % del consumo de calorías totales al día en adultos y niños. 

Una comparativa significativa se da con la marca de pan Oroweat, que fue adquirida por Bimbo en 2012 y que ha sido relanzada en Canadá con ingredientes “más orgánicos” y  “horneada sustentablemente”. En México se comercializa un producto cuyo primer ingrediente es harina refinada (de bajo aporte nutricional), lo que genera un alto índice calórico, de acuerdo con la asociación civil. Agrega que aunque se anuncia como un pan de 12 granos, su cantidad de fibra por porción es realmente baja.

En general la asociación advierte que los productos de la empresa son ultraprocesados y exceden los índices de consumo de azúcares y grasas para menores de edad. 

El sector empresarial evalúa la resolución de diversos amparos impuestos contra la nueva norma. Coca-Cola FEMSA es una de las empresas más recientes en inconformarse con el nuevo etiquetado.  

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