El acuerdo de Argentina con el FMI frente a la inflación

Este jueves Gabriel Rubinstein, secretario de Programación Económica, proyectó una inflación del 60 % para el próximo año. En el contexto macroeconómico, sin embargo, el fantasma de un default en los pagos de Argentina al Fondo Monetario Internacional (FMI) ha comenzado a desaparecer, luego de que el propio organismo internacional echara mano de un salvavidas financiero que es conocido como el Sistema Ampliado (SAF), en el que el FMI fija una serie de metas a una economía para financiarlo aún más.

El SAF fue creado para ayudar a los países que se encuentran en dos de estos escenarios: 

1. Con graves problemas en la balanza de pagos (déficit) debido a deficiencias estructurales. 

2. Para economías con lento crecimiento y balanzas de pago débiles.

“Los SAF proporcionan asistencia para respaldar programas integrales que incluyen políticas con el alcance y las características necesarias para corregir deficiencias estructurales durante un período prolongado”, describe el FMI en la nota de creación del SAF, que comenzó a operar en septiembre de 2016.

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En el caso del país suramericano, el más endeudado con el FMI, se ha fijado una meta de reducción del déficit fiscal al 1 % del PIB al cierre del año, además de una acumulación de reservas en dólares que no deben ser menores a 5.800 millones de dólares. 

Argentina: Stock de la deuda con IFIs

Fuente: OPC, con datos del Ministerio de Economía.  

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Si la Argentina logra alcanzar ambos objetivos, el FMI le prestará alrededor de 4.300 millones de dólares para que el país pague una proporción de la propia deuda que tiene con el propio organismo.

Para Roberto Silva, socio de Marval, O’Farrell & Mairal, al término del primer trimestre del año, Argentina ha cumplido con las metas propuestas y le parece una respuesta equilibrada. Por una parte, el organismo internacional no quiere orillar al país suramericano a un incumplimiento en el pago de la deuda, pero tampoco puede conceder una falla en los pagos antes establecidos.

Efectos secundarios

No obstante, Silva advierte que el cumplimiento de los objetivos del FMI tendrá una repercusión en la inflación, ya de por sí alta en Argentina.

“Los objetivos son reducir el déficit, reducir la inflación y crecer. El foco está puesto en reducir el déficit fiscal, en tener reservas, pero la contrapartida de eso es una mayor inflación y la otra cara de una mayor inflación es un menor crecimiento”, advierte el experto.

Al cierre de agosto, el aumento en el Índice de Precios al Consumo (IPC) en Argentina se ubicó en 78,5 %, un aumento de 7 puntos porcentuales en comparación con el mes anterior.

Pese al aumento de los precios, la economía de la Argentina está estancada. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) muestran que el crecimiento a julio, con respecto al mes anterior, fue de 0 %.

Mientras que la economía no crece, el aumento de los precios en bienes y servicios, presionados por la invasión rusa en Ucrania, continúa en todo el mundo. En Argentina, que no es la excepción, los precios en las prendas de vestir y el calzado se han incrementado casi 10 %, mientras que los precios de los alimentos —sin incluir bebidas alcohólicas— han tenido un aumento del 7,1 % en el último año.

Silva explica que a diferencia de otras economías, la de Argentina es especialmente sensible a los aumentos en los precios, así como a la devaluación de su moneda, que ha perdido más del 60 % de su valor en el último año.

En ese sentido, el gobierno de Fernández está ‘atado de manos’: aunque debe aumentar la recaudación a través de impuestos, esto no sería viable desde la óptica de Silva, pues aumentaría también la inflación y le restaría simpatía electoral.

“Claramente un ajuste fiscal importante es complicado, siempre es muy difícil reducir lo que uno gasta y aumentar los impuestos: es complicado”, menciona Silva, en entrevista.

Para el experto, la apuesta del Fondo con el programa de ayuda es llevar la economía argentina hacia un buen puerto y esperar nuevas elecciones presidenciales para buscar nuevos acuerdos y reglas claras con un eventual cambio de partido en el gobierno. Las próximas elecciones presidenciales de Argentina se realizarán en noviembre de 2023, Fernández está al término de su administración.

“La política del FMI es dejar pasar este gobierno y ver si el gobierno que sigue es más razonable desde la óptica del mercado y, por ende, intentar negociar”.

Por ahora, las metas fijadas por el organismo financiero internacional son realizables, pero Argentina tendrá que replantear su relación con el FMI, pues al menos el 20 % de la cartera de deuda del organismo está ligada al país suramericano.