Nuevas tendencias para consolidar relaciones entre despachos de Latinoamérica y de los Estados Unidos

A veces es útil observar tendencias que, al menos superficialmente, parecen tener poco que ver con nuestros intereses inmediatos, pero que pueden resultar bastante relevantes e instructivas. Por ejemplo, la reciente oleada de consolidación y expansión doméstica entre las firmas de abogados de EE. UU. ofrece importantes lecciones para las firmas de América Latina.

¿Cómo es esto posible? Los últimos años nos han demostrado que, a pesar de las sombrías predicciones sobre el "fin de la globalización", el mundo ha permanecido notablemente interconectado. Esto no significa que no haya habido cambios de enfoque en el comercio y la inversión —por ejemplo, China se ha vuelto menos atractiva, mientras que India y el sudeste asiático continúan en ascenso—, pero esta es precisamente la genialidad de la globalización: la capacidad de adaptarse y aprovechar las circunstancias y oportunidades cambiantes en todo el mundo.

El panorama empresarial de EE. UU. ha cambiado significativamente en los últimos años, de modo que Nueva York, Chicago y Los Ángeles, aunque siguen siendo centros comerciales y financieros dominantes, ya no son los únicos generadores de transacciones innovadoras y de alto nivel, incluyendo acuerdos y disputas transfronterizas. 

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Y definitivamente no son únicos en la generación de trabajo para el mercado medio. En su lugar, estamos viendo la aparición de ciudades como Phoenix, Nashville, Birmingham (Alabama), Salt Lake City, Denver, Boston y Minneapolis, entre otras, como ubicaciones objetivo para las firmas de abogados. Son objetivos porque es donde una nueva generación de emprendedores está estableciendo sus bases de operaciones.

Parte de la razón de este cambio es el desarrollo de nuevas tecnologías, el movimiento de jóvenes profesionales emprendedores lejos de los principales centros urbanos, la capacidad (probada durante la pandemia del COVID-19) de trabajar desde una variedad de ubicaciones y el rápido aumento de las tarifas por hora en los principales centros de negocios, lo que hace que estas nuevas ubicaciones sean más competitivas.

Muchas firmas de abogados estadounidenses son bien conocidas en América Latina y un puñado de ellas también tiene presencia en la región. Otras pueden tener algunos especialistas en América Latina, incluso si el área no es una esfera de interés particularmente significativa para sus firmas. 

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Y luego están las firmas que están listas para lanzarse al ámbito internacional o que buscan expandir el alcance internacional que ya tienen. Para las firmas de abogados en estas categorías, América Latina es un paso lógico. Las razones son muchas y obvias:

1. América Latina es fácilmente accesible, una región vecina conveniente, mientras que muchos otros destinos populares para las firmas de abogados están saturados con firmas extranjeras, son demasiado caros o simplemente no son lo suficientemente rentables, si es que lo son.
2. Las firmas de abogados de EE. UU. tienen acceso a un gran número de abogados hispanohablantes y lusohablantes calificados para ejercer y educados en una variedad de jurisdicciones latinoamericanas.
3. Para la mayoría de las firmas de abogados estadounidenses tiene más sentido realizar negocios en América Latina a través de viajes cortos y trabajar con firmas locales, que establecer oficinas y competir con los locales.
4. América Latina es un destino atractivo para los inversores estadounidenses en energía, renovables, metales, minerales, manufactura, ciencias de la vida, pensiones y seguros, fintech, bienes de consumo, tecnología y ciberseguridad, entre otros.

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Hay dos categorías de firmas de abogados estadounidenses que deberían interesar a las firmas latinoamericanas que buscan nuevas relaciones y referencias:

• La primera de ellas corresponde a aquellas que han alcanzado lo que podría llamarse una "masa crítica" en EE. UU., sin tener una presencia significativa o un historial notable en asuntos internacionales. Entre estas se encontrarían aquellas que recientemente han logrado combinaciones domésticas significativas, como Faegre Drinker Biddle & Reath, ArentFox Schiff y Troutman Pepper. Aunque estas firmas podrían continuar expandiéndose en EE. UU. (por ejemplo, se dice que Troutman Pepper está en conversaciones de fusión con Locke Lord, otra firma con solo logros modestos en la esfera internacional), el siguiente paso lógico para estas firmas es encontrar un mayor rol transfronterizo para sí mismas. Atraer trabajo orientado hacia América Latina debería estar en la cima de su agenda estratégica.
• La otra categoría de firmas sería la conformada por aquellas que, ya sea a través de fusiones o aperturas de oficinas, han visto los beneficios de apuntar a las nuevas jurisdicciones en crecimiento en EE. UU. Estas incluirían a Steptoe, con su reciente fusión con Smyser Kaplan Veselka en Houston; Nelson Mullins, también entrando en Houston; Blank Rome, saltando al mundo de la alta tecnología de Boston; Venable, instalándose en Denver; Fennemore, fusionándose con Savitt Bruce & Willey en Seattle; Spencer Fane, fusionándose con Snow Christensen & Martineau en Salt Lake City; e incluso Frost Brown Todd, abriendo en Los Ángeles con Alvarado Smith, una firma con auténticas capacidades en América Latina.

Es posible que todas estas firmas no tengan nombres tan conocidos dentro América Latina, pero todas están en el Am Law 200, y están en una trayectoria de crecimiento. Hay más como ellas. Es de interés para las firmas de abogados latinoamericanas explorar la construcción de relaciones con firmas como estas a medida que desarrollan clientes con negocios al sur de la frontera de EE. UU.

*Robert Bata es fundador y director de WarwickPlace Legal, LLC.