La educación y la práctica legal deben responder a los desafíos de la sociedad global y digital. En la Edad Media, en Bolonia, en donde se instauró una de las primeras universidades de Europa, la forma en que se enseñaba Derecho era lo que se conoce como ius commune, es decir, los principios de derecho que no eran aplicables a un país en específico.
Luego, con el tiempo, otras universidades en Europa y alrededor del mundo comenzaron a enseñar un Derecho más bien nacional, esto es, con un enfoque más local.
La educación jurídica que se imparte en la actualidad se remonta a los mismos orígenes: los principales sistemas legales son los sistemas de derecho común versus los sistemas de derecho civil, los sistemas de derecho común son sistemas seguidos en países como los Estados Unidos y el Reino Unido, que son dos de los mercados legales más relevantes. Los sistemas de derecho civil siguen rigiendo en Europa continental.
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Atender clientes internacionales
Para poder ejercer la abogacía en este mundo complejo se requiere entender la dinámica de más de un sistema legal y más de una jurisdicción. Para atender y dar un servicio de calidad a clientes extranjeros o incluso nacionales en negocios internacionales, la práctica legal global responde a la internacionalización de las empresas, de los países, a la armonización con la Unión Europea, al movimiento de personas y servicios.
Pero hay otra fuerza que impulsa el cambio y es el uso de la tecnología y la digitalización, nuevamente, de los servicios y la digitalización de empresas, negocios y gobiernos.
Las y los abogados deben leer las leyes considerando los desafíos sociales actuales, desde la pandemia hasta la guerra en Ucrania, el cambio climático, las disputas internacionales, las adquisiciones internacionales o los acuerdos internacionales. Cualquier transacción no solo de multinacionales, sino también de pequeñas y medianas empresas, necesita un asesoramiento internacional.
Es necesario que todas las partes comprendan, al menos en un nivel mínimo, cómo es el sistema legal de la otra parte. Debido a que las transacciones comerciales se realizan en línea, los conflictos surgen de una forma diferente de firmar contratos, de vender bienes y de una forma diferente de proporcionar servicios.
El desafío, creo, es el acceso. Por lo tanto, entender la regulación representa solo un pilar para adquirir las calificaciones, para convertirse en abogado en ejercicio.
Frente a la tendencia de una respuesta con servicios legales internacionales, los estudiantes talentosos de todo el mundo están buscando más oportunidades internacionales o al menos buscando oportunidades en las que no tengan que decidir desde cero dónde ejercerán su profesión.
Me imagino una educación que responda a la sociedad, no a la normativa exigida para la habilitación de la profesión. Las necesidades de la sociedad son también las necesidades de dar servicios legales a una sociedad global y digital. Los abogados que darán forma a la sociedad necesitan pensar globalmente, necesitan adquirir lo que yo llamo una mentalidad legal global porque los abogados son los arquitectos de la sociedad.
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*Soledad Atienza es decana de la Facultad de Derecho de IE University, en Madrid, España. E-mail: [email protected]
**Este texto está basado en un video publicado en IE Insights, el ‘hub’ de conocimiento de IE University. Vea el video original en inglés aquí.
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