Abogadas MX, la asociación civil que busca incidir en la trayectoria profesional de las abogadas en México, ha venido apostando por generar transformaciones institucionales y culturales, las necesarias para que las abogadas en México puedan ejercer en un entorno profesional seguro e inclusivo. Esta organización se atreve, por ejemplo, a imaginarse el futuro de la profesión desde una perspectiva optimista e incluyente, a pesar de las adversidades actuales, y eso fue justo lo que hicieron en el Taller El Derecho del Futuro, que se llevó a cabo el pasado jueves 14 de noviembre en Ciudad de México, en el marco de su décimo aniversario.
La Inteligencia Artificial (IA) fue uno de los énfasis del encuentro, y quien haya asistido creyendo que la IA y la causa de la equidad de género no tienen ninguna relación seguramente habrá salido con una opinión diferente. En este contexto, era inevitable plantearse la pregunta de cómo la tecnología más revolucionaria de la historia puede tener un impacto en las grandes grietas sociales y culturales que perduran hoy en la sociedad. Y las respuestas, como veremos, fueron muy prometedoras.
Te puede interesar: Networking de mujeres en prácticas con subrepresentación
La democratización de la justicia: un imperativo global
Imagine un futuro no tan a largo plazo donde la justicia no sea un privilegio, sino un derecho verdaderamente universal. Un mundo donde la tecnología más revolucionaria de nuestra era se convierte en el puente que conecta a miles de millones de personas con sus derechos fundamentales. Este no es un escenario utópico, sino una posibilidad tangible que la IA está comenzando a materializar.
"La tecnología es solo un medio, no un fin en sí mismo", reflexionó Laura Márquez, cofundadora de ÏO Justice, una innovadora organización que fusiona el universo jurídico con el tecnológico para democratizar el acceso a la justicia. Para ella, el verdadero valor no reside en la tecnología per se, sino en su capacidad para catalizar el cambio social, especialmente en una región donde el Estado de derecho y el sistema judicial enfrentan desafíos significativos.
Las cifras son contundentes y, a la vez, alarmantes: según el World Justice Program, entre cuatro y cinco mil millones de personas en el mundo ven sus necesidades legales desatendidas. Esta realidad significa que más de la mitad de la población mundial navega en un limbo jurídico, excluida de la protección legal que sus propios marcos regulatorios nacionales e internacionales deberían garantizar. En el caso de México sólo el 7 % de la población acude a servicios públicos de justicia, en procesos que muchas veces toman años enteros para que culminen en una resolución. Al mismo tiempo, las puntuaciones del índice en Límites al Poder Gubernamental han caído en 74 % de los países en el mundo, y la vigencia de los derechos humanos ha disminuido en 3 de cada 4 países desde 2016.
Te sugerimos leer: Las 3 Ms del ciclo de vida de la mujer y su impacto en el derecho desigual
¿Cómo se manifiesta esta exclusión en la vida cotidiana? Son las madres que no logran exigir pensión alimenticia para sus hijos, los ciudadanos que no pueden obtener documentos básicos de identidad, o las personas que se ven abrumadas por simples procedimientos administrativos. La pregunta crucial no es si los abogados tradicionales atenderán estos casos de baja rentabilidad, sino cómo la tecnología puede democratizar el acceso a estos servicios fundamentales.
Un modelo de respuesta que ha diseñado Márquez en IA LUCÍA, una creación revolucionaria que ejemplifica el poder transformador de la tecnología bien aplicada. Este modelo de Inteligencia Artificial Generativa actúa como un puente entre el ciudadano común y el complejo mundo legal, proporcionando respuestas jurídicas precisas e instantáneas. Su éxito demuestra una verdad fundamental: la clave no está en la sofisticación tecnológica, sino en cómo orientamos estas herramientas hacia objetivos que beneficien genuinamente a la sociedad.
La IA como catalizador de la equidad de género
El enfoque de Patricia Villa Berger, asesora especial en Kermapartners e investigadora asociada en la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tecnológico de Monterrey, también se centra en el poder transformador de la IA para el ejercicio de la profesión. Si bien reconoce los desafíos inherentes a esta tecnología emergente, su análisis revela un panorama donde las oportunidades superan significativamente a los riesgos, especialmente en otra dimensión adicional a la del acceso a la justicia: la de los mayores incentivos para que las mujeres puedan encontrar un balance favorable tanto en lo profesional como en lo personal.
Para Villa Berger, la IA emerge como una herramienta sin precedentes para cuantificar y visibilizar las disparidades de género en el ámbito laboral. Las estadísticas son reveladoras: apenas el 19 % de las presidencias empresariales a nivel global están ocupadas por mujeres, cifra que en México se reduce a un exiguo 3 %. La verdadera innovación radica en la capacidad de la IA para transformar percepciones subjetivas en datos concretos y accionables. Esta objetivación de las desigualdades proporciona una base sólida para impulsar cambios estructurales y sustentar las conquistas sociales del mañana.
¿Qué conquistas en específico? En el campo específico del derecho, la IA promete revolucionar la forma en que se ejerce la profesión. Al automatizar tareas repetitivas y mecánicas, permite a los profesionales legales enfocarse en aspectos que requieren verdadero pensamiento estratégico y creatividad jurídica. Este cambio paradigmático podría transformar la cultura de las firmas legales, donde el éxito ya no se mediría por las horas trabajadas, sino por la eficiencia y calidad del servicio prestado.
El resultado es un escenario donde todos ganan: los clientes reciben servicios legales más efectivos y accesibles, mientras que los profesionales del derecho logran un equilibrio más saludable entre su vida laboral y personal. Esta transformación no solo optimiza la práctica legal, sino que también la humaniza.
No te pierdas: El arbitraje de inversión en México y la escasa participación de las mujeres
La revolución que Márquez y Villa Berger visualizan va mucho más allá de una simple actualización tecnológica del derecho. Sus propuestas revelan el potencial transformador de la IA como catalizador de un cambio social profundo, donde la justicia deja de ser un privilegio para convertirse en un derecho verdaderamente accesible para todos. Este nuevo paradigma no solo promete modernizar una de las profesiones más antiguas de la humanidad, sino que abre caminos inexplorados hacia una sociedad más equitativa, donde las brechas legales y de género finalmente empiezan a cerrarse.
Esta visión audaz marca el rumbo de Abogadas MX para la próxima década, emergiendo como un faro de esperanza en tiempos convulsos. En un mundo donde el escepticismo y la incertidumbre parecen ser la norma, el taller se erigió como un testimonio vibrante del poder del liderazgo femenino para desafiar el statu quo y forjar nuevos caminos hacia el futuro. Las mujeres no solo están participando en la revolución tecnológica del derecho; están al frente de ella, redefiniendo las reglas del juego y demostrando que las soluciones a nuestros mayores desafíos sociales pueden surgir de la intersección entre innovación y justicia social.
Add new comment