Almudena Arpón de Mendívil Aldama, abogada especialista en telecomunicaciones, adquisiciones, derecho societario, mercantil y de competencia, asumió la presidencia de la International Bar Association (IBA) para el período 2023-2024, convirtiéndose en la segunda mujer en presidir la mayor asociación legal del mundo, después de lo hiciera Dianna Kempe, en 2001, hace más de 20 años.
Para Arpón de Mendívil, su gestión es una oportunidad para impulsar los valores a los que está comprometida como profesional —“la promoción de la seguridad jurídica, la justicia y los valores democráticos son la esencia del progreso social en todos los ámbitos: personal, empresarial y político”, refiere la abogada—, y también para reforzar el rol de las mujeres en posiciones de liderazgo.
“Lo más importante en relación con mi nombramiento, después de tantos años sin una mujer como número uno de la mayor asociación jurídica del mundo, es demostrar que las mujeres pueden alcanzar una posición de liderazgo y actuar en consecuencia y, que en definitiva, los méritos sí importan. Espero que mi nuevo cargo ayude a las abogadas de todo el mundo a tener más confianza y ambición”.
LexLatin se acercó a Almudena para conversar sobre los desafíos de esta nueva posición y su agenda de trabajo, basada en cinco ejes: 1) poner en valor el impacto de la profesión en la sociedad hoy, identificando palancas para incrementarlo en el futuro; 2) abordar con aún mayor rigor el desafío de género en el sector legal; 3) implicar al sector en la agenda ESG, contribuyendo al esclarecimiento de la confusión que existe en esta área; 4) anticipar los retos que plantea la digitalización en relación con los derechos humanos; 5) preparar a la profesión legal para el futuro, especialmente a las y los jóvenes.
“Con respecto a Latinoamérica, existen lazos culturales, sociales y económicos que nos unen y uno de mis objetivos es potenciar las relaciones entre los países de América Latina, España y Portugal. La IBA puede participar más activamente en promover el Estado de Derecho, los valores democráticos y las relaciones comerciales, así como temas de diversidad e inclusión. En definitiva, la meta es lograr mejoras en todo el espacio común iberoamericano”.
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Ir al siguiente nivel
En la Conferencia Anual de la IBA celebrada en Miami, en su discurso comentó “que el nuevo entorno ofrece la posibilidad de utilizar este punto de inflexión para llevar a la asociación al siguiente nivel”: ¿Cuál es el siguiente nivel? ¿Hacia dónde le gustaría dirigir la IBA?
Almudena Arpón de Mendívil. Miami fue la primera conferencia anual presencial después del COVID-19. En esa ocasión, mi comentario hacía referencia a que, tras un período de bajo perfil motivado por la pandemia, la IBA iniciaba una etapa de revitalización.
Aún y cuando la IBA demostró un alto nivel de resiliencia gracias al trabajo de todo su personal, podía notarse una energía diferente en la sala. Se percibía un gran interés de seguir avanzando a lo que yo llamo, “el siguiente nivel”. Un nivel que sea más relevante y que tenga mayor impacto para sus miembros y toda la sociedad en general.
Me atrevo a decir que ya he comenzado a dirigir la IBA hacia estos objetivos. Uno de ellos es dinamizar los foros regionales. Algunos de estos foros, como el de Latinoamérica y Europa son muy activos y el de Asia Pacífico está siguiendo buena trayectoria. Sin embargo, hay que dedicar mayores esfuerzos en África, Oriente Medio y Norteamérica.
El otro objetivo es afianzar el compromiso del Council de la IBA y revitalizar la actividad de los Colegios de Abogados para recuperar el protagonismo que tuvieron en el momento que se fundó la asociación.
No se trata de iniciar ningún movimiento disruptivo. No es una revolución, sino una evolución ambiciosa. Se trata de empezar a construir un nuevo futuro con los retos que hoy tenemos que abordar y con una visión de largo plazo en la mente.
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Ejes de trabajo
Sobre “poner en valor el impacto de la abogacía”, ¿qué virtudes o cualidades, además de la defensa del derecho, cree que son importantes para tomar conciencia?
La defensa de las leyes y del Estado de Derecho son objetivos fundamentales del sector legal. La promoción de la seguridad jurídica, la justicia y los valores democráticos son la esencia del progreso social en todos los ámbitos: personal, empresarial y político. Esto, en definitiva, es la gran aportación que tiene que hacer la abogacía.
Sin embargo, hace falta una voz única que sepa poner en valor aquello que estamos aportando. Estoy segura de que la IBA tendrá un papel fundamental en esto.
Actualmente, la asociación está trabajando en un estudio para cuantificar la contribución de los abogados al PIB, su papel en materia de pro bono o en el funcionamiento de la justicia y su influencia como soft power.
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Al respecto de la equidad de género, ¿cuál es el papel que asumirá al respecto, al ser la segunda mujer presidente después de 20 años?
Mi responsabilidad es mejorar la equidad en el sector legal, especialmente en los puestos de responsabilidad de la profesión.
Lo más importante en relación con mi nombramiento, después de tantos años sin una mujer como número uno de la mayor asociación jurídica del mundo, es demostrar que las mujeres pueden alcanzar una posición de liderazgo y actuar en consecuencia y, que en definitiva, los méritos sí importan. Espero que mi nuevo cargo ayude a las abogadas de todo el mundo a tener más confianza y ambición.
Nuestra meta es ayudar a transformar el sector. Para ello, estamos realizando un diagnóstico global que nos permitirá impulsar el rol de la IBA como prescriptor de buenas prácticas y recomendaciones a través del proyecto 50/50 para el 2030.
Desde su posición de liderazgo, ¿cómo espera colocar a la IBA como referente de la revolución ESG?
Me gustaría que la agenda de la IBA 2023-2024 sea un referente en materia ESG, y si bien es un ámbito muy extenso, por su dimensión, la IBA cuenta con la capacidad para abordar muchos de estos temas.
Actualmente, contamos con un task force enfocado al cambio climático. También tenemos programas de inclusión, diversidad, protección de derechos humanos y buen gobierno corporativo. Por otro lado, aún tenemos la tarea de aclarar cuál es el papel de los abogados en materia ESG.
Este año habrá una conferencia en New York para analizar la responsabilidad de los abogados y el impacto de sus funciones en la agenda ESG de las empresas, específicamente, en lo relacionado con el buen gobierno corporativo. Uno de los proyectos en los que estamos trabajando es el IBA’s ESG Corporate Governance Guide, el cual espero sea de mucha utilidad.
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Sobre el eje de tecnología y derecho, ¿cree que la mejor comprensión de la tecnología digital en el ámbito legal pueda abonar el camino para la prevención en la violación de derechos?
La tecnología y el derecho tienen que ir de la mano. El entorno digital es una nueva derivada del entorno físico. Lo que es un delito en el mundo físico debe serlo también en el entorno digital, independientemente de las herramientas tecnológicas que se utilicen.
Parafraseando a Michelle Bachelet, no podemos permitirnos que el ciberespacio y la inteligencia artificial “conformen un espacio sin ley o ingobernable, un agujero negro en materia de derechos humanos”.
Sobre la protección de derechos, la tecnología puede ser un gran apoyo. Por ejemplo, en el conflicto de Ucrania, la IBA, a través de su App digital Eye Witness for Atrocities, ha documentado más de 20.000 violaciones de derechos humanos y las ha puesto en conocimiento de Naciones Unidas.
Reconocimiento
Para finalizar, ¿Con qué calificativo te gustaría que la comunidad de abogados identificara tu gestión como presidente de la IBA al terminar tu período?
Creo que lo más importante para mí, es la valoración que yo pueda hacer de mi presidencia porque soy muy exigente conmigo misma. Si yo no estoy satisfecha con lo que he conseguido, da igual lo que digan los demás. Yo debo estar convencida de que lo he hecho bien.
También tengo muy claro de que todo lo que se logre en este año no será el resultado de un trabajo en solitario. Cuento con el apoyo de todo un equipo comprometido dentro de la IBA y, por supuesto, con el respaldo de mi firma.
Más que un calificativo, mi ambición es dejar la presidencia de la IBA dentro de dos años con la mirada puesta en una asociación con mayor reconocimiento e impacto en la sociedad y en una línea ascendente en ese sentido. Con la convicción de “misión cumplida”.
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