El Salvador está haciendo del ecosistema financiero digital una marca país. Ahora bien, ¿qué impacto está teniendo, más allá de las intenciones, en la región?
“El marco regulatorio ha procurado proveer todas las herramientas necesarias para la constitución, autorización y operatividad diaria de las empresas de tecnofinanzas”, señala Adriana Portillo, socia del departamento Corporativo y Bancario de Lexincorp.
Actualmente el país cuenta con tres leyes:
- Ley Bitcoin, que estableció al bitcoin como moneda de curso legal y ha promovido la actividad de las sociedades relacionadas, como wallets. “Dentro de sus incentivos se encuentra la exención a la ganancia de capital por la venta de bitcoins cuyo precio alce”, sostiene Portillo.
- Ley de Activos Digitales, que regula todo lo relativo a criptomonedas. “Excluye a bitcoin, pero incluye la emisión de activos digitales, los proveedores de servicios de activos digitales y la tokenización. A su vez, concede incentivos fiscales sobre toda la actividad relacionada”, amplía la especialista.
- Ley de Fomento a la Innovación y Manufactura de Tecnologías, que promueve el crecimiento de la fuerza laboral especializada en tecnologías, el desarrollo de materiales innovadores y tecnología de procesamiento, y los ecosistemas de innovación. “Contempla incentivos fiscales por un plazo de 15 años a partir del otorgamiento del acuerdo de calificación del Ministerio de Economía”, explica.
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Más allá del marco regulatorio, los incentivos
Si bien las fintech crecieron más de un 90 % en dos años, el país aglutina apenas al 0,8 % de las empresas de tecnofinanzas de América Latina. El rol de la Ley para Fomento es, en parte, facilitar el desarrollo de nuevos productos y servicios financieros digitales en el país.
“El marco regulatorio se relaciona directamente con el crecimiento y la expansión del sector Fintech, ya que no solo se busca regular el bitcoin y los activos digitales, sino también facilitar su operatividad, promover su creación y otorgar incentivos fiscales”, opina la especalista.
Hasta el momento, los incentivos fiscales han tenido un rol determinante: “Sin duda, permitieron un mayor desarrollo. Ningún otro país tiene los incentivos otorgados en El Salvador para el rubro Fintech. Ahora bien, un incentivo por sí solo no atrae inversión: antes han procurado crear un marco regulatorio que permite crear un ambiente de transacciones seguras, de proveedores regulados y con una autoridad que verifica las operaciones”, diferencia Antonio Guirola, socio del departamento Corporativo y Bancario de Lexincorp.
El 20 de agosto, la Asamblea Legislativa recibió el proyecto de Ley para Fomento de Entidades Fintech y Regulación de Servicios Financieros Digitales, que pretende regular y fomentar los modelos de negocios basados en tecnologías financieras en El Salvador.
“El objetivo es fomentar a las entidades financieras que operan por medio de canales digitales. Por un lado, se busca modernizar su actividad y crear las condiciones de regulación que permitan al consumidor tener certeza del prestador de servicios y de la operación en sí. Por otro lado, se reconoce de forma principal el pago por medio de canales digitales, su financiamiento y otros tipos de financiamiento que brinden certeza jurídica sobre el rubro”, adelanta Guirola.
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Dada la tendencia hacia la fintechización en El Salvador, ¿de qué modo las empresas no financieras pueden aprovechar el contexto para diversificar sus servicios y atraer a nuevos usuarios?
Andrea Portillo: Con la modernización de sus tecnologías y procesos, El Salvador ya cuenta con facturación electrónica, reformas en la ley de firma electrónica y sociedades por acciones simplificadas que se constituyen por formularios. En general, existe un contexto normativo hacia la modernización, agilización de procesos e innovación del sector público y privado. Esta coyuntura es muy positiva, ya que acorta los plazos de los procesos y beneficia a todos los usuarios -incluyendo, pero no limitado, a las sociedades que operan en otros sectores.
Con la Estrategia Nacional Fintech Banco Central de Reserva y otras iniciativas de innovación tecnológica-financiera, ¿cómo prevén que evolucionará el panorama de las fintech?
Antonio Guirola: Es un sector que va al alza. Como abogados, podemos verificar el incremento en la constitución de sociedades de tecnología e inversión extranjera direccionada hacia dicho sector. Esto no solo permite que existan ingresos al país, sino también que el desarrollo de la economía se encamine hacia la innovación tecnológica. Con la adopción de un ecosistema de leyes conexas hacia la agilización y modernización de procesos, se facilita la aplicación de las leyes tecnológicas, permitiendo a toda sociedad realizar transacciones seguras.
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