Un nuevo paradigma se visualiza en la apertura de firmas y está liderado por el cambio generacional. “El auge de las pequeñas firmas es un espíritu completamente millennial”, afirma Herman Duarte, abogado especializado en Arbitraje Comercial Internacional por la Stockholm University, quien además tiene un máster en Política y Derechos Humanos por The London School of Economics and Political Science. Duarte precisa que la pandemia golpeó las estructuras de las grandes firmas y le dio más razones a esta generación para abrir despachos 'ligeros'.
“Básicamente con el coronavirus se despertó la era del emprendimiento, la gente ha dejado de contratar por contratar. Con el trabajo a distancia y los ajustes del personal fue fácil darse cuenta de que las grandes estructuras no eran tan necesarias”.
Los componentes de una firma que surge en el contexto de la pandemia
LexLatin entrevistó a Herman Duarte, abogado que, con solo 32 años, relanza su marca con un concepto básico aprendido con el coronavirus: la simpleza. Incluso lo grabó en el nombre de su nueva firma, Simple Legal Consulting.
La teoría —desde Strauss y Howe, los autores del mote— le ha atribuido al arquetipo millennial, o Generación Y, los elementos definitorios de comodidad y uso de tecnología, pero además se les ha definido como personas con alto compromiso social, especialmente con el medio ambiente y la necesidad de incidir en su comunidad.
“Para nosotros los valores son lo esencial”, dice el abogado y agrega, “no tenemos overhead, ni costos gigantes; y gracias al trabajo de desarrollo de manual de marca, el mejoramiento en SEO y comunicar los puntos clave, logramos resultados”.
El decálogo de Simple Legal Consulting comienza con el respeto de las leyes “todo nuestro actuar está dentro del marco de la ética y lo legal”. A este le sigue la lógica de las soluciones prácticas e integrales con visión de negocio, un punto que abstrae ideas del coaching y de la oficina one-stop only. Finalmente, tiene el compromiso de no dañar al medio ambiente ni a la sociedad.
“Trabajo con clientes que me hacen sentir orgulloso, me inspiran algo que se conecta con una sensación de propósito; así me resulta bastante fácil cuidar de sus intereses como si fueran míos” comenta al respecto.
Otro componente de estas pequeñas firmas es el trabajo de equipo entre autónomos o independientes. Este despacho cuenta con colaboraciones y subcontrataciones de cerca de 10 profesionales.
Aunque Herman Duarte es salvadoreño, se estableció en Costa Rica. Cree que el país es perfecto para desarrollarse en la práctica de real estate, con proyectos pequeños que, de nuevo, conecten con los valores de la generación y lleven beneficio a las comunidades. Esto lo visualiza en un mediano plazo, por ahora la especialidad de la firma es el derecho contractual, los litigios (arbitraje y judicial) y los negocios. Uno de sus clientes es la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (ULACIT).
¿Qué firmas tradicionales admira?
Herman Duarte: Cuando yo pienso en una firma moderna llena de valores que admiro y me encanta es la de Bullard Falla Ezcurra +, que recientemente celebró 20 años; o bien, una firma que tiene unos 2 años, como Baxel Consultores.
¿Cuáles son sus recomendaciones para las nuevas generaciones de abogados, para que ejerzan su carrera profesional en una firma?
Herman Duarte: Que no le tengan miedo a pedir una oportunidad, que el no ya lo tienen, que luchen para enfocarse en conseguir el sí y, sobre todo, que cultiven el principio fundamental de Da Vinci: la curiosidad, sean curiosos en investigar, no cumplan una tarea sin entender la razón de ella.
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