Noelia Parada: "El abogado corporativo debe comunicar con claridad"

Noelia Parada cree que las escuelas deberían enseñar a persuadir y comunicar desde el derecho / Bigstock
Noelia Parada cree que las escuelas deberían enseñar a persuadir y comunicar desde el derecho / Bigstock
"Los abogados anglosajones podrían aprender de los latinoamericanos en lo que respecta al trato que se tiene entre colegas, para mejorar el ambiente laboral"
Fecha de publicación: 21/03/2019

Afincada en las oficinas de Guevara & Gutiérrez SC - Servicios Legales en Santa Cruz (Bolivia), Noelia Parada espera desarrollarse y, quizás, ser quien forme a los abogados jóvenes en el futuro en alguna especialización.

 

Tiene claro que los abogados corporativos tienen que enfocarse en comunicar y ejecutar, dejando atrás las costumbres y tradiciones que abogan por enredarse en escritos jurídicos interminables. Según ella misma, "al cliente, al desconocer la norma, no le interesa que le den una cátedra con relación al contenido de una norma jurídica en concreto". Responde a nuestras preguntas en La firma y los millennials

Noelia Parada
Noelia Parada

 

¿Cómo llegó hasta el área de práctica donde está desarrollando su carrera? ¿Por qué decidió esa especialidad frente a otras?

 

Cuando cursé mis clases de maestría, tomé una clase que se encontraba relacionada con el derecho de la competencia. Posteriormente, al hacer mi tesis, opté por desarrollar una investigación en la materia, por el gusto que había adquirido en esta rama durante las clases.

 

Cuando me inicié en Guevara & Gutiérrez SC - Servicios Legales, me dieron la oportunidad de hacer trabajos e investigaciones relativas al derecho de la competencia.

 

De este modo, mi gusto por la especialidad se inició y profundizó de forma muy natural, tanto en el ámbito académico como profesional.

 

¿En qué aspectos ha cambiado su visión de la profesión legal desde que egresara de la universidad hasta este momento? ¿Es trabajar en una firma tal y como lo imaginaba cuando era estudiante?

En la Universidad tenía cierto temor sobre el ejercicio profesional. La imagen del abogado en Bolivia está estigmatizada y se ve como un profesional que tiende a la corrupción y a la falta de valores éticos.

Sin embargo, tenía la confianza de que al iniciar el ejercicio profesional podría enfocarme en alguna rama o sector que permitiera desarrollar mis capacidades, en un contexto en el que se pudiese actuar de forma ética y sin limitaciones.

Una vez ingresé al bufete y comencé a desarrollar mis primeras labores, me comprendí que mi lugar de trabajo se encontraba en una firma legal corporativa como esta. Al trabajar con empresas importantes nacionales y multinacionales, se puede y se debe ejercer la profesión con los estándares mas elevados de calidad y de contenido ético.

—¿Cuáles son sus metas en el despacho para el que trabaja en este momento?

—Existen metas a corto, mediano y largo plazo.

En el corto plazo, mi propósito es seguir aprendiendo, mejorar mis habilidades técnicas como abogada, mi relacionamiento con los clientes y, principalmente, ser un aporte para los distintos trabajos que estén a cargo de la firma.

En el mediano plazo, además de seguir profundizando en mi aprendizaje teórico y práctico, me gustaría tener la oportunidad de tener a mi cargo alguna práctica profesional en particular, para así empezar a formar a los abogados más jóvenes que empiecen a ingresar en la oficina.

Finalmente, si se da la oportunidad tengo el deseo de aportar al desarrollo de los negocios de la firma, ya sea como abogada sénior o como socia.

—¿Cuáles son sus herramientas de tecnología legal favoritas? ¿Cómo le ayudan en el desempeño de su trabajo?

Desde el punto de vista puramente técnico-legal, es importante estar permanentemente actualizado. Así, considero útil suscribirse a revistas o plataformas legales virtuales que den acceso a nuevas tendencias y corrientes en el mundo del derecho, así como a las nuevas normas y líneas jurisprudenciales que van saliendo.

Como abogada corporativa, considero muy importante estar informado con los negocios de los clientes. Me parece esencial estar conectado a las noticias globales del mundo de los negocios mediante redes sociales, ya que tenemos acceso inmediato con los smart phones.

—¿Qué sinergias se pueden producir entre el abogado latinoamericano y el abogado anglosajón? ¿Qué tiene uno que aprender del otro?

Los abogados anglosajones cuentan con un approach más práctico y concreto a la hora de resolver los problemas jurídicos. Si bien no pierden de vista el contenido legal sustantivo que debe tener una opinión legal o un escrito, mantienen su enfoque en ser didácticos y persuasivos para convencer a sus interlocutores.

Este enfoque puede ser muy útil para los abogados latinoamericanos, a quienes tradicionalmente se les ha hecho creer que los trabajos legales son mejores mientras más páginas tengan.

Por su parte, los abogados anglosajones podrían aprender de los latinoamericanos en lo que respecta al trato que se tiene entre colegas, para mejorar el ambiente laboral. Los abogados latinoamericanos, por naturaleza propia, cuentan con un espíritu innato de camaradería y amistad. Esta forma de ser puede ser de mucha ayuda para mejorar el ambiente de trabajo, lo cual puede trascender en un mayor nivel de productividad.

—¿Qué habilidades que no se aprenden en la escuela de derecho necesita el abogado de hoy?

Aprender a persuadir y a comunicar de forma apropiada. Tradicionalmente, en las escuelas de derecho nos enseñan la doctrina general de cada rama del derecho y los aspectos más relevantes previstos en la norma jurídica.

No obstante, no nos enseñan la mejor forma de exponer nuestras ideas y conocimientos, de forma tal que estas sean persuasivas y podamos convencer o mantener cómodos a nuestros interlocutores. Esta aproximación puede ser de mucha utilidad, tanto para abogados corporativos como litigantes.

El abogado corporativo debe tener las habilidades suficientes para comunicar con claridad una situación jurídica concreta a los clientes, transmitir la seguridad de que lo que el abogado le está diciendo es correcto. Al cliente, al desconocer la norma, no le interesa que le den una cátedra con relación al contenido de una norma jurídica en concreto, sino que la expliquen, de la forma más sencilla posible, la situación de la empresa o del patrimonio familiar, por ejemplo.

En lo que respecta al abogado litigante, este debe convencer al juez, árbitro o autoridad administrativa, de que sus argumentos jurídicos son los correctos y que los antecedentes expuestos constituyen la verdad de los hechos. Hoy día, el juez no espera que le den una lección de derecho o que le transcriban páginas interminables de doctrina y jurisprudencia. Lo que el juez necesita es que lo convenzan, de la forma más sencilla posible, sobre los méritos del planteamiento de las partes.

—Por último, ¿qué es lo que más une y lo que más separa a su generación de la generación de socios en la firma? ¿Qué opina de la mentoría? ¿Hay algún abogado o abogada que actualmente considere como su mentor o referente en la profesión?

 

El único aspecto que separa a nuestra generación de alguno de los socios es la edad. Sin embargo, esta brecha se acorta con el buen trato y las ganas que tienen de enseñar a los asociados de la firma.

 

La mentoría me parece un aspecto esencial para la generación de nuevos talentos y para crear un buen ambiente de trabajo en la firma. Una relación de mentoría puede trascender en el tiempo y contagiar, para que se vayan desarrollando otras relaciones que puedan continuar aportando más talento.

 

Considero como mi mentor en la oficina a Zoya Galarza, dado que es con quien me inicié y me ayuda a profundizar en mis conocimientos en derecho de la competencia.

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