Guillermo Miranda: “Abogados e ingenieros vemos el mundo de forma diferente, pero podemos trabajar en equipo”

En la trayectoria de Guillermo Miranda ha sido muy importante su gusto por el diseño, la cultura y el arte / Pixabay
En la trayectoria de Guillermo Miranda ha sido muy importante su gusto por el diseño, la cultura y el arte / Pixabay
Fue abogado de firma antes de lanzarse a emprender varios proyectos de tecnología legal. También fundó su propia marca de comercio electrónico mientras estudiaba en la universidad
Fecha de publicación: 23/07/2019

Hasta hace tan solo tres años Guillermo Miranda era un abogado de firma, pero hoy en día está inmerso en varios emprendimientos de tecnología legal. Es cofundador de la herramienta de extracción de reportes para auditoría legal Lucius Report y en unas semanas estará ocupado con el lanzamiento de Syn, empresa hermana de Lucius.

 

Sin embargo, su trayectoria como emprendedor no empezó en el sector legal. Cuando era todavía estudiante lanzó Paperboat, una tienda de comercio electrónico dedicada a la venta de accesorios masculinos. Este proyecto es el que le permite desconectar de lo jurídico para ocuparse con otras de sus grandes pasiones, "el diseño, la cultura y el arte".

Guillermo Miranda
Guillermo Miranda

 

Comparte su análisis sobre lo que nos depara la inteligencia artificial (IA) en la Serie IA.

 

—¿Cuáles son las nuevas tecnologías dentro del desarrollo de la IA que, en su opinión, han impactado e impactarán más fuertemente el ejercicio del derecho?

 

—Para que la IA funcione y dé resultados hace falta amplia información para que empecemos a determinar las reglas y construir los árboles de decisiones que requiere nuestro programa u operación en particular. Desde ahí, se pueden obtener resultados, analizarlos y calibrarlos. Es un proceso bastante largo.

 

Dicho esto, creo que la IA impactará con fuerza en varias facetas del derecho, como en el análisis de riesgo durante una auditoría, al predecir la probabilidad de recibir futuras multas de cierta autoridad o en los fallos de sentencias. Una vez nuestros algoritmos tengan capacidad de predicción suficiente, podremos prever riesgos para un cliente o una industria. En nuestro caso, nos ayudaría mucho durante unas debidas diligencias en temas de M&A o anticorrupción. Debemos tener en cuenta también que estos modelos ayudarán a prever las decisiones de los jueces en ciertos casos, inclusive antes de iniciar el juicio o los procedimientos, lo cual cambiará sustancialmente las reglas del juego y podrá incidir hasta en los honorarios que cobrará el abogado en ciertos casos.

 

Sin embargo, creo que todavía estamos en una etapa muy temprana. En México estamos en el proceso de recopilación y generación de datos para posteriormente desarrollar los modelos de IA. Somos bastante cautelosos y estamos en el proceso de preparación y organización para obtener buenos resultados.

 

—Es cofundador de la empresa emergente Lucius Report. ¿Cómo fue el proceso de creación? ¿Se implicó en el desarrollo tecnológico de la herramienta como tal?

 

—Trabajando en un despacho en temas anticorrupción con mi antiguo jefe, nos encontramos con la necesidad de un servicio de reportes de auditoría legal en temas anticorrupción con enfoque en el mercado mexicano. Los proveedores de ese tipo de reportes no tenían forma de monitorear la información en tiempo real y no revisaban muy bien la información que entregaban. No existía tampoco un proveedor especializado en México. Así fue como vislumbramos Lucius, una herramienta que también extrajera información en minutos, para después ser revisada por un equipo de abogados especializados en la materia. Esta combinación se traduce en reportes con enfoque local, revisados para evitar homónimos o información irrelevante. Esto no lo hacían los proveedores de ese entonces y es algo de lo que se habla poco en la industria, debido a la dificultad que ello implica.

 

Gabriel López, uno de mis socios, con su bagaje de ingeniería dedicada a temas de política pública, fue pieza clave en el desarrollo del sistema y los algoritmos de extracción de datos. Para mí fue muy interesante el proceso de hablar y coordinarme con programadores, lograr esa mezcla tan rara y difícil de abogados e ingenieros. Fue una gran experiencia. Comprendí que vemos el mundo de forma diferente, pero que una vez nos entendemos, podemos trabajar en equipo y ser genuinamente multidisciplinarios.

 

—También es fundador de una marca de comercio electrónico especializada en accesorios para hombres. ¿Es esta una iniciativa independiente de su trayectoria como abogado o tiene algo que ver con el sector legal?

 

—Es independiente. Es un negocio que empecé al acabar la universidad, como un simple entretenimiento que se convirtió en una marca de comercio electrónico exitosa, Paperboat. Es algo que me ha dado muchas satisfacciones personales y también profesionales, ya que es un ámbito totalmente diferente al jurídico. El proyecto ya tiene más de cinco años y me ha permitido conocer a gente muy interesante y valiosa, además de participar en el mundo del emprendimiento desde el retail y el e-commerce. Me permite desconectar un rato de los temas jurídicos, concentrarme en el diseño, producción y comercialización de los artículos y la administración de la marca en general. Siento que así puedo explotar mi lado creativo. Me encantan el diseño, la cultura y el arte.

 

—¿En qué consiste su trabajo como formador y consultor? ¿Tiene alguna relación con asuntos de legal tech?

 

—Siempre he tenido la iniciativa de hablar de temas de tecnología legal y emprendimiento en México, ya que me parece sumamente importante poner esos temas sobre la mesa y que empiecen a ser de interés público. Se empiezan a organizar cada vez más eventos y convenciones y me parece algo muy necesario. Yo participo activamente en congresos y foros.

 

Otro ámbito en el que me involucro activamente es el del compliance en México, una materia que ya lleva algunos años en desarrollo y que está dando muchos frutos. Tenemos una ley anticorrupción que adoptó las mejores prácticas internacionales y leyes en derecho comparado, pero que desafortunadamente no ha sido ejercida de manera correcta ni aprovechada al máximo.

 

Javier de Cendra nos habló recientemente de la resistencia que subyace en algunos abogados a la innovación tecnológica. ¿Qué se ha encontrado cuando ha trabajado para otras organizaciones? ¿Ha convivido con esa brecha digital entre veteranos y millennials?

 

—Sin duda alguna, esa resistencia existe y está arraigada fuertemente en la práctica legal en México. Nuestra industria es una de las que más se resisten al cambio y, hasta cierto punto, es conservadora. Los cambios tecnológicos no implican necesariamente que un robot le quite el trabajo al abogado, el enfoque debe ser entender que la tecnología mejorará nuestros procesos. Ya llevamos mucho camino recorrido. En nuestro caso el proceso de escaneo de fuentes en primer lugar es muy complicado, ya que son muchos lugares diferentes donde buscar, se debe ser lo más exhaustivo posible y hacerlo para muchas personas a la vez o diariamente. Es humanamente imposible. Sin embargo, el scraping le lleva menos de cinco minutos a un algoritmo con muy poco margen de error.

 

Tuve mucha suerte de poder trabajar en Greenberg Traurig S.C. (2013-2015), donde la tecnología no era nada nuevo. Tenían acceso a herramientas y sistemas que ya eran habituales en Estados Unidos. Creo que esto hizo que valorara la posibilidad de trabajar usando herramientas tecnológicas. Entiendo que para despachos más locales y pequeños no es posible hacer una inversión grande en tecnología, pero creo que debe ser gradual. Respecto a los abogados veteranos, creo que también depende de la personalidad de cada uno. Les diría que tengan un poco de apertura y de confianza. Estos cambios son graduales, pero deben hacerse ya, porque llegará un punto en el que la ola de la tecnología te habrá llevado por completo y vas a dejar de ser relevante.

 

Rescatando lo que dice Javier, se requiere un gran esfuerzo por parte de las universidades. Puedo decir sin temor a equivocarme que el IE Law School, bajo su dirección, ha sido punta de lanza y ejemplo en la actualización de programas, diseño de nuevas maestrías y en tener un genuino interés por el abogado innovador, digital y emprendedor. Debe ser ejemplo para las universidades que se resisten al cambio o que simplemente no están interesadas en estos temas.

 

—¿Cómo trata México a los emprendedores y a los abogados más interesados en el desarrollo tecnológico? ¿Es suficiente la inversión pública y privada para sacar proyectos adelante?

 

—Creo que los esfuerzos han venido exclusivamente por parte de la industria privada, con la organización de congresos y eventos donde se empiezan a tocar estos temas y con la inversión de algunas empresas. Nos encontramos todavía en un escenario preliminar. Hay mucho que hacer, pero me tranquiliza ver que hay más interés. La inversión privada tendrá que ser la que ayude a madurar estos proyectos para que poco a poco se desarrollen otros negocios y haya oportunidades de crecimiento. Como iniciativa privada, debemos tener ese compromiso con el emprendimiento y el desarrollo de tecnologías en México, tanto para jóvenes como para negocios ya establecidos que requieran estos cambios.

 

—¿Cómo cree que influirá en el sector legal la carrera que ha emprendido China para liderar el desarrollo y producción de tecnologías? ¿Veremos a las firmas legales atrayendo más inversión china en América Latina?

 

—Es indudable el poder que tiene y tendrá China para incidir en el cambio tecnológico en temas legales. Será interesante ver los planes que tiene destinados a América Latina, con administraciones que se convierten en aliadas más amigables. Los despachos internacionales tendrán mayor oportunidad de aprovechar estas posibles inversiones por los lazos que ya tienen construidos desde sus oficinas en ese país. Sin embargo, será muy interesante explorar oportunidades de inversión de fondos y empresas grandes en tecnología legal en Latinoamérica.

 

Sinceramente, todavía no tengo ningún ejemplo claro ni una predicción de cuándo y dónde pueda suceder esto. Hay que tenerlo en el radar y ver cómo se comportan las inversiones a partir de otros gigantes asiáticos que empiezan ya a jugar en Latinoamérica, como Softbank y su fondo de 5.000 millones de dólares destinados a la región.

 

—También ha estado trabajando en un programa relacionado con el cumplimiento de obligaciones en materia antilavado de dinero. ¿Puede adelantarnos algo? 

 

—Hemos estado trabajando en esta nueva iniciativa lo que llevamos de año. Es hermana de Lucius y se llama Syn. Estaremos lanzándola en las próximas semanas. Se trata de un programa que automatiza un proceso bastante complicado de envío de avisos a la autoridad fiscal sobre actividades vulnerables, según lo requiere la legislación antilavado mexicana. El procedimiento, con nuestro programa, facilita una serie de cosas al usuario. Ayuda a reportar actividades mediante el ingreso de datos de los usuarios y el de sus clientes mediante el escaneo y envío de documentos, proporcionando finalmente un resguardo seguro cifrado en la nube. Estos procesos, además de ser complicados, involucran a personas que antes no tenían que entregar o recopilar este tipo de información. En caso de incumplimiento, se establece una gran sanción. Las multas pueden llegar a ser de hasta el monto total de la operación que se debe reportar.

 

Para esta emergente, nos aliamos con un abogado especializado en temas antilavado de dinero en México y con otro socio especializado en desarrollo de negocios, con el fin de llevar Syn a otro nivel y ayudar a las personas a cumplir con estos requisitos en el país.

 

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