En abril, el director de oriGin (organización que agrupa a representantes de 350 denominaciones de origen y dos millones de productores), Massimo Vittori, dijo en el seminario Avances en materia de indicaciones geográficas, últimas tendencias y desafíos globales, con empresarios con denominaciones de origen hecho en Guadalajara (México), que "los emprendedores están buscando soluciones a los daños que el cambio climático le está causando a sus cultivos", por lo que se ha hecho una tarea prioritaria entre ellos buscar técnicas que les ayuden a hacer sostenible su trabajo, sin abandonar los procesos tradicionales que distinguen a los productos y que les merecieron esas denominaciones de origen.
Algunos productores han probado nuevas tecnologías o aplicado algunos cambios en la elaboración, para optimizar el uso del agua o controlar la temperatura de sus cultivos. De la misma manera, algunos han cambiado las especificaciones de producción para disminuir los gases de efecto invernadero o trabajan en el desarrollo de variedades de cultivo adaptadas al aumento de la temperatura o la escasez de agua, en búsqueda de la sustentabilidad.
Por ejemplo, en México, la naturaleza artesanal del tequila requiere adaptarse en este momento a diversos requisitos de informes de alimentos y bebidas, que suponen la estandarización de los procesos y que podrían chocar con las técnicas centenarias que distinguen su elaboración.
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Durante el seminario de abril, el secretario del Consejo Regulador del Tequila (CRT), Ramón González Figueroa, dijo que la industria tequilera puso en marcha un programa de reforestación, mediante la plantación de árboles pinos y encinos, en 17.000 hectáreas, con la intención de mitigar las condiciones climáticas de las regiones donde ha habido cultivos de agave.
Una de las iniciativas más llamativas en este tema es la creación del Consejo del Agave para el Estado de Guanajuato, fundado para promover el cultivo sustentable de agave. El organismo fue creado en el marco de la reforma a la Ley de Fomento y Desarrollo Agrícola de esta entidad, que también contempla la creación de procesos comerciales que incrementen la productividad del agave, mediante la Secretaría de Desarrollo Agroalimentario y Rural. Esto da cuenta de la importancia que está teniendo para los tequileros el cambio en las estructuras del negocio y en el medioambiente.
Pero cambiar los métodos industriales para ajustarlos a nuevas realidades no es una tarea muy fácil de completar dentro de una plaza basada en la tradición de pueblos centenarios que, además, cuenta con una certificación (DO) cuya principal función es reconocer dichas tradiciones y protegerlas contra influencias externas.
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Tequila: Tradición que se moderniza
Entonces surge la pregunta de cómo hacer sustentable una industria como la tequilera sin sacrificar la modernidad, el mercado, la tradición y sus denominaciones de origen (DO).
Expertos como Juan Carlos Hernández y Mariana Vargas, socios de propiedad intelectual de Basham, Ringe y Correa, S.C., consideran que es de suma importancia que los productores estén conscientes de la importancia de preservar el modelo con una visión de sustentabilidad, no solo como un beneficio para el negocio sino como una consciencia social y responsable para el futuro de la humanidad.
Lograrlo depende de que sepan identificar los pilares que rigen la sustentabilidad y comenzar a implementar estrategias a corto y largo plazo. De acuerdo con ellos, la tecnología es un aliado para mejorar procesos, respetando ese equilibrio con las técnicas tradicionales que identifican una DO.
"Actualmente, el consumidor es sumamente sofisticado y valora que un producto provenga de procesos económica, ambiental y socialmente responsables. Es necesario que se construyan alianzas y compromiso con los distintos actores involucrados para lograr ese equilibrio", dice Mariana Vargas.
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Para esto, las DO pueden ser una herramienta útil para el desarrollo económico sustentable; de hecho, señalan los abogados, han sido un modelo exitoso no solo en México sino en varios países en términos económicos y de sustentabilidad. Esta afirmación la soporta oriGIn, y su estudio GI Trends que, en su última edición, reveló que las Indicaciones Geográficas generaron más de 495 mil empleos directos en 2023. La Comisión Europea también respalda esto con datos propios que señalan que las IG representan 7 % de los ingresos de la industria alimentaria y de bebidas en Europa.
Desde el punto de vista de sustentabilidad ambiental, actualmente los productores, consejos reguladores y demás actores en la cadena de producción de IG y DO de distintos países son conscientes y están trabajando en desarrollar sistemas que contribuyan a la preservación ecológica, precisan los socios de Basham. Uno de los entes que destaca en este proceso es el Consejo Regulador del Tequila, que ha establecido metas claras para 2030, como parte de su estrategia de sustentabilidad ecológica.
"Ahora bien, lo anterior no significa que las denominaciones de origen sean la única figura de propiedad intelectual que puede ser un modelo de desarrollo económico sustentable. Existen otros derechos a través de los cuales se puede lograr la potencialización de negocios de los productores, en este caso, agrícolas", apunta Juan Carlos Hernández.
Los derechos de propiedad intelectual que pueden actuar en defensa de la industria tequilera son:
- Las marcas colectivas (usadas por grupos de artesanos reconocidos).
- Las marcas de certificación, que pueden coexistir con las DO, “para encontrar protección jurídica y generar una ventaja competitiva”.
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Doble protección
Actualmente, las DO conviven con las marcas de certificación por ser dos figuras jurídicas diferentes que otorgan protección sobre determinados derechos sin contraponerse, de acuerdo con la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial.
Esto ocurre porque una marca de certificación puede estar conformada por una zona geográfica u otra indicación que haga referencia a una zona y, a su vez, puede contener una indicación geográfica, mientras un producto protegido bajo una DO puede tener una distintividad adicional, que podría ser otorgada por una marca de certificación.
Pero, a pesar de que México ya cuenta con diversas leyes que protegen la industria tequilera y que las DO ayudan a esto, Fernando Fernández, consejero del CRT, señaló en su momento que es urgente que en México exista una legislación que regule este modelo y aclare cuál es la función de las DO, cómo se protegen y cómo conviven con las marcas de certificación ya que, según él, hasta ahora este mercado se ha autorregulado.
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Los socios de Basham consideran que la regulación actual (la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial) es sólida en materia de DO e IG, puesto que recoge los compromisos adoptados en diversos tratados internacionales (como los Adpic, el Arreglo de Lisboa y el T-MEC) y recoge, en gran medida, los compromisos que se adoptarán en la modernización del Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea. “Además, existen diversas Normas relativas a la producción, envasado, comercialización y exportación, que deberán considerarse”, dicen.
En cuanto a los consejos reguladores, recuerdan que la ley contempla a dichas entidades con respecto a las IG, al establecer que al momento de solicitarse una declaración de protección se debe mencionar la propuesta de la persona moral responsable para certificar el cumplimiento de las reglas de uso de la misma.
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Explican que, actualmente, las autorizaciones de estos organismos certificadores o evaluadores de conformidad se entregan con base en la Ley de Infraestructura de Calidad y el Reglamento de la Ley Federal sobre Metrología y Normalización; sin embargo, esta regulación no está enfocada a los consejos reguladores de DO, sino que entran dentro de la normativa de los organismos evaluadores de conformidad en diferentes ramas de la industria.
“En otras jurisdicciones, como Perú, existen disposiciones específicas para este tipo de entidades en las cuales se establecen la estructura, funcionamiento y facultades de dichos organismos certificadores. Valdría la pena explorar regulación específica en México, para los consejos reguladores”, concluyen tanto Vargas como Hernández.
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