Luis Miguel Briola Clément ingresó al departamento legal de Grupo Bimbo hace 18 años, hoy es su director global jurídico. En todo este tiempo no solo ha visto el posicionamiento de la marca a nivel mundial, también ha liderado los términos legales de la transformación de la empresa: ha sostenido el timón para navegar cambios fiscales, laborales, de salud alimentaria y, además, la pandemia. En entrevista para LexLatin, Briola Clément recuerda al caótico 2021 y los desafíos que enfrentó el grupo en los países de América, Asia y Europa, en donde tiene presencia.
Poco antes de su ingreso, Bimbo ya había adquirido Plus Vita, en Brasil, y George Weston Limited, de Oroweat, en Estados Unidos. Al llegar Briola Clément al negocio, se adquirió Panrico en Beijing; Nutrella en Brasil; George Weston Foods, en Estados Unidos y, en 2011, la empresa inició operaciones en Argentina, Iberia, España y Portugal.
“Yo creo que este es un trabajo muy interesante y muy diferente como abogado. Juegas un rol como parte de un equipo y tienes la oportunidad de aprender dentro de la empresa. No solamente eres abogado, también eres un poco de administrador. Tienes que entender el negocio”, comenta Briola Clément.
¿Entender el negocio? El pan Bimbo, cabe decir, no solo es un elemento común en las cocinas mexicanas, sino también en la idiosincracia popular. Por ejemplo, entre el 29 de marzo y el 4 de abril de 2020 uno de los términos más buscados en México fue “adiós Osito Bimbo”. Entonces, con la NOM-051 de la Ley General de Salud, se prohibió el uso de personajes infantiles, animaciones, mascotas, dibujos animados o celebridades en productos que tuvieran uno o más sellos de advertencia de edulcorantes. El Osito, con más de 72 años de edad, bien pudo considerarse una celebridad en lugar de un dibujo animado, al menos tres generaciones de mexicanos pueden afirmar que ‘crecieron con él’ en la TV.
Es una marca famosa, tiene un récord Guinness y, en la década de los 70, además de construir la planta panificadora más grande de Latinoamérica, se anotó una leyenda cuando Gabriel García Márquez, en su época de publicista en México, escribió uno de los slogans más famosos de ese entonces, aquel que dice: “Para pan, para pan, pan Bimbo”.
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El vínculo de Luis Miguel Briola con este negocio se construyó desde temprana edad. Su padre se dedicaba a la importación de alimentos. “Esto es algo que aprendí en casa y me gustaba mucho, tuve la oportunidad de trabajar dentro de este grupo grande y la industria es bien interesante, hay mucha innovación en todos los procesos y lo mejor es acompañarlos a todos”, comenta.
¿Qué tan caótica fue su oficina el año pasado? Briola Clément ríe a la vez que contesta “y no solo la oficina, sino toda la empresa”. Pero para el director global jurídico de Grupo Bimbo el año que termina no es más que eso y espera que 2022 sea mucho más tranquilo, al menos para la industria del consumo (CPC - Consumer Product Companies).
Octágonos y pandemia
Si viéramos la actividad de su oficina en los últimos años en una gráfica, ¿cómo sería el pico de 2021?
Luis Miguel Briola. Yo diría que los últimos tres años han concentrado la mayor cantidad de cambios. Este año, particularmente en México, hemos tenido muchos ajustes: no solo por la pandemia que repercutió en algunas unidades del negocio como El Globo, que tuvimos que cerrar islas y cafeterías, sino también porque vino el tema del etiquetado y luego la reforma energética y fiscal, aunque esta última no es reforma de fondo, pero implica muchos cambios.
En Estados Unidos también tenemos un cambio fiscal importante y, además, van a subir las tasas de interés. En Argentina tenemos una situación económica complicada. En Europa vivimos también cambios muy importantes por la pandemia y en Asia hay modificaciones regulatorias en materia de alimentación, también muy importantes.
Entonces, permanentemente tienes cambios en todos los países. Sí, en México probablemente en los últimos dos o tres años han habido modificaciones que han afectado un poco más a las empresas, a los CPC, empresas de consumo. Pero son ciclos. Lo que estoy esperando es que el próximo año sea mucho más tranquilo. Pero seguramente habrá otras industrias afectadas.
¿Cuáles fueron sus primeras acciones cuando se enteraron de la norma del etiquetado en México?
Luis Miguel Briola. Tuvimos un diálogo con el Gobierno para hacerle ver que este tipo de normas no le proporcionan mejor ni más información al consumidor. ¿Qué pasa? Vas a un supermercado y todos los productos tienen un sello o más. Incluso muchos de los productos naturales los tienen. Los estándares que se pusieron en México fueron muy estrictos, a diferencia de Chile.
Chile fue un poco más laxo: dio incentivos para mejorar el perfil nutrimental de los productos. Las reglas, como quedaron en México, no hacen conveniente reformular los productos porque -aun si variamos la fórmula- va a ser muy difícil poder eliminar los sellos. Creo que esta norma se copió sin entender su fondo, incluso me parece que tendrá poco efecto en el mercado. Hay otros sistemas de etiquetado en el mundo que son mucho más transparentes y le proporcionan más información a los consumidores. Esto se le propuso al gobierno pero no lo aceptaron.
Con independencia de eso, te puedo decir que nosotros llevamos por lo menos 15 años con programas de reformulación de productos. Permanentemente estamos mejorándolos. Es decir, tenemos consciencia de por dónde va el consumidor, de cuáles son las preocupaciones de la gente y lo que hacemos es, con innovación, generar perfiles más saludables. Así nos vamos reformulando conforme la tecnología y los ingredientes lo permiten para ir reduciendo azúcares o grasas, ahora las grasas trans están prácticamente eliminadas de todos nuestros productos.
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¿Qué fue lo más difícil de la pandemia?
Luis Miguel Briola. Por la pandemia tuvimos cerca de 4.000 personas con morbilidades y las tuvimos que enviar a sus casas, naturalmente tuvimos muchos problemas en la operación porque de repente no había gente suficiente para sustituir a estas personas. A la par, tomamos la decisión de no despedir a nadie, por lo que no se podría recontratar o sustituir a nuestros colaboradores. Las operaciones estuvieron algo complicadas.
Así cada país tuvo sus retos y nos tuvimos que adaptar. Eso sí, hubo líneas del negocio que mejoraron y otras que, al contrario, sufrieron. En algunos países la pandemia fortaleció nuestro negocio, como en Estados Unidos y Canadá, allí mejoró mucho.
Sostenibilidad
En LexLatin cubrimos recientemente la renovación que tuvo Bimbo de un crédito revolvente, el primero en México que se ha vinculado a la sostenibilidad. ¿Qué significa, en términos operativos, para Bimbo estas acciones y qué desafíos se encuentran aparejados?
Luis Miguel Briola. La sustentabilidad es uno de los pilares que tiene la empresa, prácticamente desde que se fundó. Nos vamos ajustando a lo que el mercado va requiriendo y se va permitiendo también. Este tipo de financiamiento hace algunos años no existía, no estaba abierto a las empresas. Evidentemente, con todo lo que está pasando en el entorno somos más conscientes de las necesidades de largo plazo para proteger al planeta, algo muy presente en los distintos mercados. Son pequeños beneficios que permiten seguir invirtiendo y mejorando nuestras operaciones para tratar de ser un poco más responsables con el entorno y con la sociedad en la que vivimos.
Para lograrlo hay que ir generando planes de trabajo con proyecciones a largo, mediano y corto plazo, es algo que no se hace de un día para otro. El reto es alcanzar las metas que tenemos con los KPI (Key Performance Indicators) para algunos financiamientos y entenderlos: los equipos de finanzas y jurídico a lo mejor no estamos tan involucrados en el día a día de las operaciones y puede ser complicado comprender los KPI relacionados con el tema de electricidad o tratamiento de aguas, que son los dos principales al momento de las negociaciones.
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¿Qué significa para usted y para su equipo ser la primera empresa mexicana de alimentos en comprometerse con la “Business Ambition for 1.5°C?, ¿qué significa, además, frente a la reforma energética del Ejecutivo mexicano?
Luis Miguel Briola. Es una gran responsabilidad, implica bastantes retos. Ahora, por ejemplo, tenemos el compromiso de comprar el 100 % de electricidad de fuentes renovables para 2025. Hoy en día andamos, más o menos, como en el 70 % y una gran parte es en México y el entorno regulatorio está complicado, no sabemos en qué va a acabar.
Al final tenemos este compromiso y tendremos que buscar alternativas para poder cumplir y llegar a los objetivos. No sé en qué terminará la reforma. Nosotros somos socios y a la vez compramos energía eólica de una empresa especializada de origen español. Si es que se aprobara tendremos el reto de ver cómo cumplir con el compromiso del 2025. Como se planteó, los parques eólicos pasarían a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y cuando le compras a CFE, pues compras un poco de todo, no es que se pueda elegir el tipo de energía que estás comprando. Para llegar al 100 %, habrá otros países o quizá tendremos que pensar en comprar bonos de carbono o alguna salida que permita llegar a ese porcentaje. A lo mejor se abre una ventana donde se pueda elegir precisamente el tipo de energía que se quiere comprar. Digo, no sé. Habrá que ver. Todo es muy incierto.
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Desde hace muchos años estamos en este proyecto de la sustentabilidad. Todavía me acuerdo que uno de mis primeros proyectos de sustentabilidad fue armar una fundación para la reforestación en México, que más o menos fue al mismo tiempo en que empezamos a ver un proyecto de energía eléctrica solar. Lo que se habló en la COP 26 lo tenemos en nuestros planes estratégicos de hace ya 16, 17 años o más.
Hemos evolucionado poco a poco, ahora nos enfocamos en comunidades de aquellas regiones en donde hay más deforestación, para que cambien su manera de desarrollarse y que sea de manera sustentable.
Aprovechando la conversación, ¿cuáles son sus consejos para los jóvenes que quieren vincularse con las gerencias legales?
Luis Miguel Briola. Es un trabajo muy interesante y diferente como abogado. Aquí tú juegas un rol como parte del equipo y tienes la oportunidad de aprender muchas más cosas alrededor de un negocio que dentro de un despacho, pero quizá es algo que está muy acotado, mientras que en un despacho puedes ver asuntos de todas las industrias, aquí te enfocas en la empresa donde estás.
No solamente tienes que ser abogado, sino también tienes que ser un poco de administrador y tienes que entender el negocio en el que estás trabajando. En muchas ocasiones no solamente te toca tomar decisiones relacionadas con temas jurídicos, sino con temas de administración para el negocio. Entonces es un trabajo muy, muy completo, con una visión diferente que puede ser muy interesante y estás mucho más cerca de un tipo de cliente.
En las fábricas uno aprende muchísimo: cómo se hace el pan, una tortilla. No es que yo lo vaya a hacer sino que los expertos te explican todos los procesos para llegar a ella: cómo se hace y cómo lo inventan.
Incluso formamos parte en las discusiones de marketing, trabajamos mucho con la gente que desarrolla productos nuevos, diseño de imagen, el nombre, las características de un producto. De hecho, protegemos los diseños de los productos. Ahora que estamos cambiando los diseños de los empaques de las categorías de los panes estamos utilizando en lugar de los colores tradicionales ciertos diseños que son originales y podemos proteger como marcas. Los colores anteriores no los podíamos proteger por sí solos.
Estar dentro de un negocio es entenderlo por todos lados: la administración, la fabricación, la distribución, la parte jurídica. Tú juegas un papel dentro con este grupo de personas. Tienes que trabajar en equipo, en muchos equipos, con personas de muchas ramas, diversas. Hay cualidades y virtudes muy diferentes a las tuyas. Eso es lo que me atrae de trabajar en una empresa como Grupo Bimbo.
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